A un mes de dejar su puesto como embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar ofreció un mensaje enfocado en los retos y oportunidades que definen la relación bilateral entre ambas naciones. Durante un acto oficial en el que se develó la placa de la nueva sede diplomática estadounidense en México, un complejo que tuvo un costo de mil millones de dólares, Salazar insistió en la importancia de mantener y fortalecer el trabajo conjunto para garantizar la seguridad en ambos lados de la frontera.
El diplomático destacó que tanto los ciudadanos mexicanos como los estadounidenses tienen derecho a “vivir sin miedo”, haciendo referencia a temas como el crimen organizado y la violencia que afectan a ambas naciones. Uno de los ejemplos más recientes de esta colaboración es la deportación a México de Osiel Cárdenas Guillén, exlíder del Cártel del Golfo, quien fue entregado a las autoridades mexicanas tras cumplir una sentencia en Estados Unidos. Salazar señaló este hecho como muestra de los esfuerzos compartidos para combatir la inseguridad y reforzar la justicia.
Sin embargo, el embajador también lamentó que, en ocasiones, la relación entre México y Estados Unidos sea percibida como problemática, describiendo una narrativa de “crisis” marcada por una “frontera descompuesta”, una “migración descontrolada” y una “inseguridad profunda”. Frente a esta visión pesimista, el diplomático expresó su optimismo al afirmar que existe una “base buena” sobre la cual construir un futuro más sólido y esperanzador.
Durante su intervención, Salazar se refirió indirectamente al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, criticando las políticas y discursos que han promovido la división, la construcción de muros y la deshumanización de ciertos sectores de la población. En contraste, elogió la administración del presidente saliente, Joe Biden, por ver a México como un socio igualitario, en el marco de una relación de respeto mutuo y con la intención de construir una “familia” binacional.
El embajador reafirmó su compromiso con los valores compartidos entre ambos países y destacó la importancia de continuar trabajando de manera conjunta en temas clave como la seguridad, la migración y el desarrollo económico. Su mensaje dejó claro que, aunque aún existen grandes retos, el camino para superarlos está en la cooperación y en la construcción de un futuro donde ambos pueblos puedan vivir en paz y con dignidad.