Por Sharon Oropeza.
El pasado 7 de septiembre, los fanáticos del legendario John Cale, miembro fundador de The Velvet Underground, se reunieron en el Teatro de la Ciudad Esperanza Iris para lo que prometía ser una velada memorable. La expectativa era alta, con el lugar abarrotado y una atmósfera cargada de admiración por una de las figuras más experimentales del rock.
El espectáculo inició con fuerza cuando Cale, acompañado de tres músicos jóvenes, interpretó su icónico tema “Paris 1919”. Sin embargo, el entusiasmo pronto se vio opacado por problemas técnicos que marcaron el curso del evento. El sonido defectuoso hizo difícil diferenciar los instrumentos, con la voz y los teclados prácticamente desaparecidos en la mezcla. A pesar de los intentos de Cale por corregir la situación, los fallos persistieron durante casi dos horas.
El público, aunque consciente de los problemas de audio, continuó alentando al artista, quien interpretó temas de sus más recientes trabajos como “Night Crawling” y “Shark-Shark”, además de clásicos como “Guts” y “Cable Hogue”. A pesar de los inconvenientes, los seguidores disfrutaron de un recorrido profundo por la carrera solista de Cale, destacando su interpretación de “Do Not Go Gentle Into That Good Night” y una inesperada versión de “I’m Waiting for the Man” de The Velvet Underground.
El concierto, sin embargo, terminó de forma abrupta tras el décimosegundo tema. John Cale, visiblemente molesto, se retiró del escenario sin volver para un encore, a pesar de los más de 20 minutos de aplausos. Los organizadores encendieron las luces y comenzaron a desmontar el equipo, dejando al público perplejo.
En resumen, la noche fue una mezcla de emociones: una leyenda en escena, un repertorio cuidadosamente elegido, pero empañado por fallos técnicos que no hicieron justicia a la magnitud del artista.