El presidente Donald Trump, anunció la imposición de un nuevo arancel del 25% a todos los automóviles no fabricados en Estados Unidos, una medida que entrará en vigor el próximo 2 de abril.
Desde el Despacho Oval, el mandatario republicano afirmó: “Vamos a cobrar a los países por hacer negocios en nuestro país y tomar nuestros trabajos, tomar nuestra riqueza”.
Aclaró que los vehículos producidos en territorio estadounidense no serán afectados, pero aquellos importados enfrentarán un gravamen adicional al ya existente del 2.5%, elevando la tasa total al 27.5%.
La medida golpea especialmente a los socios comerciales de EU, como Canadá y México, países clave en la cadena de suministro de la industria automotriz norteamerica.

México, que exporta el 80% de sus vehículos a EU, según el INEGI, podría ser uno de los más perjudicados.
Además, los coches eléctricos chinos, que ya tenían un arancel del 100% desde agosto de 2024, verán incrementada su tasa al 125%, lo que dificultará aún más su acceso al mercado estadounidense.
Fabricantes estadounidenses como Ford, que importa alrededor del 20% de sus vehículos vendidos en EU y depende de piezas de Canadá y México, podrían enfrentar mayores costos.
La medida se suma a las tensiones comerciales globales y representa un nuevo desafío para el T-MEC, el tratado que rige el comercio en Norteamérica.
Trump justificó la decisión como una forma de proteger la industria local, pero críticos advierten que podría encarecer los precios para los consumidores y afectar las relaciones con aliados comerciales.
