Ilesos de los aranceles de Trump, pero… ¿y ahora qué?

Por: Renato Consuegra

Durante la guerra comercial encabezada por Donald Trump, más de 185 países fueron objeto de aranceles. China, el gran objetivo de la política proteccionista estadounidense, enfrenta tarifas de hasta 25% sobre más de 360 mil millones de dólares en productos, lo que desvió parte del comercio mundial, que podrían llegar a 104%. En contraste, México logró evitar sanciones mayores gracias a su integración en el T-MEC y a negociaciones diplomáticas. Esta ventaja, sin embargo, no puede entenderse como un escudo permanente, sino como una ventana de oportunidad que está abierta solo por tiempo limitado.

Hoy, los empresarios mexicanos —sobre todo los que lideran mipymes— deben preguntarse si están listos para aprovechar ese momento. Si bien muchas grandes compañías ya han fortalecido su cadena de suministro, digitalizado procesos y diversificado mercados, buena parte del ecosistema mipyme sigue sin adaptarse a los nuevos requerimientos del comercio internacional.

Los sectores con mayor potencial inmediato son aquellos que resultaron más afectados por los aranceles a China: componentes electrónicos, autopartes, textiles técnicos, muebles de madera, dispositivos médicos y agroindustria especializada. México ya tiene presencia en todos ellos, pero aún falta que las empresas pequeñas eleven su nivel de profesionalización, cumplan con certificaciones y escalen su capacidad exportadora.

Por ejemplo, un taller de electrónicos en Jalisco puede convertirse en proveedor de componentes para empresas estadounidenses si adopta estándares de calidad como ISO 9001 y cumple con trazabilidad conforme al T-MEC. De igual forma, los productores de miel orgánica en Chiapas o los fabricantes de muebles en Jalisco pueden abrir mercado si se agrupan en clústeres y participan en ferias internacionales.

Otro punto clave es la digitalización. Las plataformas logísticas, los ERP y los catálogos de comercio electrónico B2B son herramientas básicas para operar en un entorno competitivo. Las empresas que ofrecen seguimiento en tiempo real de pedidos o transparencia en origen tienen más posibilidades de atraer clientes norteamericanos.

Además, hay que pensar en escenarios futuros. En 2026 se revisará el T-MEC, lo que podría endurecer condiciones. No actuar ahora sería un error estratégico. El momento para profesionalizar, certificar, asociarse y exportar es hoy.

La ventaja competitiva de México no está en sus bajos costos, sino en su ubicación y experiencia industrial. Las mipymes deben entender que esta posición no es eterna. Lo que se haga o no se haga en los próximos 18 meses puede definir la próxima década para miles de negocios en el país.

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