Por Sofía Swindall
La hiperhidrosis, conocida como sudoración excesiva, es una condición que afecta a muchas personas y no siempre está relacionada con el calor o el ejercicio físico. Esta afección puede provocar sudoración tan intensa que empapa la ropa o hace que las manos goteen, afectando la calidad de vida y causando ansiedad social. Aunque puede ser un desafío diario, existen tratamientos efectivos para la hiperhidrosis que mejoran significativamente este problema.
¿Qué es la hiperhidrosis y cuáles son sus síntomas?
La hiperhidrosis es más que sudar al hacer ejercicio, estar en un ambiente caluroso o sentir estrés. Las personas que la padecen suelen experimentar sudoración intensa en zonas como las manos, los pies, las axilas o el rostro, afectando a ambos lados del cuerpo.
Este tipo de sudoración, denominada hiperhidrosis primaria, ocurre al menos una vez por semana y no siempre tiene una causa médica identificable, aunque puede ser hereditaria. Por otro lado, la hiperhidrosis secundaria está relacionada con enfermedades subyacentes o ciertos medicamentos, y afecta a todo el cuerpo.
Entre los síntomas que pueden indicar esta afección destacan:
• Sudoración que interrumpe la rutina diaria.
• Sudoración nocturna sin causa aparente.
• Sudoración excesiva acompañada de sufrimiento emocional o aislamiento social.
¿Cuándo buscar atención médica?
Es importante consultar a un médico si:
• La sudoración intensa está asociada con síntomas como mareos, dolor en el pecho o pulso rápido.
• Comienzas a sudar de forma inusual o más de lo habitual.
• Experimentas sudoraciones nocturnas recurrentes sin motivo aparente.
Causas de la hiperhidrosis
La sudoración es el mecanismo natural del cuerpo para regular su temperatura. Sin embargo, en el caso de la hiperhidrosis, las glándulas sudoríparas se activan de forma exagerada debido a señales nerviosas defectuosas (hiperhidrosis primaria) o por causas subyacentes (hiperhidrosis secundaria).
Algunas afecciones que pueden causar sudoración secundaria incluyen:
• Diabetes.
• Sofocos de la menopausia.
• Problemas de tiroides.
• Algunos tipos de cáncer.
• Trastornos del sistema nervioso.
• Infecciones.
Tratamientos para la hiperhidrosis
El tratamiento para la hiperhidrosis puede variar dependiendo de la severidad. Algunos enfoques incluyen:
• Uso de antitranspirantes médicos.
• Medicamentos orales o tratamientos tópicos.
• Procedimientos como la cirugía para eliminar glándulas sudoríparas o desconectar nervios hiperactivos.
Con el diagnóstico y tratamiento adecuado, muchas personas logran controlar la hiperhidrosis y mejorar su calidad de vida.
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