De plato olvidado a tendencia gourmet
Entre luces tenues, música setentera y copas de vino tinto, una olla burbujeante vuelve a ocupar el centro de la mesa. No es una escena sacada de una película de hace cincuenta años, sino una postal contemporánea. El fondue —ese platillo cálido, cremoso y profundamente social— está viviendo un renacimiento inesperado.
Popularizado en Europa y Estados Unidos durante las décadas de 1960 y 1970, el fondue fue mucho más que una moda gastronómica. Se convirtió en un símbolo de sofisticación, modernidad y vida social. Hoy, reaparece con fuerza, impulsado por la nostalgia estética, las redes sociales y la búsqueda de experiencias culinarias sensoriales y colectivas.

El origen suizo del queso compartido
Aunque su auge moderno se dio en los años setenta, el origen del fondue es mucho más antiguo. Surgió en las zonas montañosas de Suiza como una solución práctica para aprovechar el pan duro y los restos de queso durante los inviernos. Se mezclaban quesos como el gruyère o el emmental con vino blanco, y se calentaban hasta formar una mezcla suave y fundente.
Fue en los años treinta cuando la Asociación Suiza de Productores de Queso comenzó a promoverlo como plato nacional, pero su consolidación internacional llegó algunas décadas después, cuando las cenas de fondue se pusieron de moda en hogares de clase media y alta.
El sabor chic de los años setenta
En plena era del terciopelo, los muebles de madera oscura y la música de Barry White, el fondue se convirtió en la estrella de las reuniones. Comprar un set de fondue era casi un ritual para las parejas jóvenes o quienes deseaban recibir invitados con un toque de distinción. Las veladas giraban en torno a mojar pan, compartir risas y brindar con vino caliente o licor de cereza.
“Era el platillo perfecto para la época: sexy, compartido, un poco exótico. Además, daba conversación”, recuerda Ana María Sáenz, coleccionista de objetos vintage. “Todavía tengo la olla naranja con mango de madera de mi mamá.”
Fondue 2.0: quesos veganos, chocolate y cerveza artesanal
Hoy, el fondue regresa en formatos actualizados. Se ha convertido en protagonista de cenas temáticas, reuniones de invierno o planes de pareja, y también ha evolucionado para adaptarse a los gustos actuales. Existen versiones veganas elaboradas con quesos a base de papa, nuez de la india o levadura nutricional; fondues dulces con chocolate amargo y frutas exóticas; o versiones saladas hechas con cervezas artesanales y quesos locales.
Las redes sociales han sido clave en este resurgimiento. En Instagram y TikTok, los videos de queso derretido que se estira lentamente, al ritmo de una canción retro, acumulan millones de vistas. El fondue ha regresado no solo como platillo, sino como experiencia sensorial y social.
Más que comida: un ritual de conexión
Y es que parte del encanto del fondue no reside únicamente en su sabor. Tiene un valor que va más allá del paladar. Es un acto de conexión. Requiere tiempo, conversación y complicidad. Nadie come fondue solo. Todos mojan, todos esperan su turno, todos se ríen cuando a alguien se le cae el pan. De hecho, hay tradiciones no escritas: quien deja caer su trozo debe cantar, pagar la próxima ronda o recibir algún castigo simpático.
En un mundo cada vez más digital y acelerado, el fondue invita a desconectarse para volver a convivir. A mirar a los ojos. A compartir más que comida.
Cómo hacer fondue en casa sin complicarse
Si quieres preparar fondue en casa, no necesitas más que una olla y algunos ingredientes básicos. Aquí una receta sencilla para comenzar:
Ingredientes:
- 200 gramos de queso gruyère
- 200 gramos de queso emmental
- 1 diente de ajo
- 250 mililitros de vino blanco seco
- 1 cucharadita de fécula de maíz
- Un chorrito de kirsch (opcional)
- Pan en cubos (ideal si está un poco duro)
Preparación:
- Frota la olla con el diente de ajo partido a la mitad.
- Agrega el vino y caliéntalo sin que hierva.
- Añade el queso rallado poco a poco, removiendo en forma de ocho con una cuchara de madera.
- Disuelve la fécula en el kirsch, agrégala a la mezcla y revuelve hasta que esté suave.
- Lleva la olla al centro de la mesa, en su base de calor, y a disfrutar.
El regreso de un clásico que nunca debió irse
Si no lo has probado en años —o si nunca lo has hecho—, este es el momento ideal para redescubrir el fondue. Invita a tus personas cercanas, pon música setentera, prepara una botella de vino y revive un clásico que nunca debió pasar de moda.
