Por Samantha Guerrero
La familia imperial japonesa se encuentra de luto tras la muerte de la Princesa Yuriko, quien falleció este viernes a los 101 años en un hospital de Tokio. Yuriko, tía abuela del actual emperador Naruhito, fue la miembro más longeva de la familia imperial nipona. Su deceso se produjo tras un largo periodo de salud delicada, en el que sus funciones cardíacas y renales empeoraron después de haber sido ingresada en el Hospital Internacional de St. Luke, en Tokio, a principios de marzo de este año debido a un infarto cerebral y neumonía.
Un Adiós a una Figura Imperial de Gran Importancia
Yuriko era viuda del príncipe Mikasa, hermano del emperador Hirohito, abuelo del actual emperador Naruhito, quien también falleció a los 100 años en 2016. A pesar de su avanzada edad, Yuriko siguió desempeñando un papel relevante dentro de la familia imperial hasta su salud comenzara a deteriorarse. La Princesa Yuriko no había sido vista en público desde el día de Año Nuevo, cuando participó en una ceremonia en el Palacio Imperial de Tokio y visitó a los emperadores eméritos.
Su vida estuvo marcada por una intensa dedicación a las funciones oficiales de la Casa Imperial, en la que las mujeres juegan un papel fundamental, a pesar de no tener derechos sucesorios. De hecho, actualmente, de los 16 miembros de la familia imperial japonesa, 11 son mujeres, quienes desempeñan importantes funciones representativas y ceremoniales.
El Desafío Sucesorio de la Familia Imperial Japonesa
El deceso de la Princesa Yuriko resalta la creciente preocupación sobre el futuro sucesorio de la familia imperial de Japón, ya que, debido a la ley sálica, las mujeres no pueden heredar el trono. Actualmente, el príncipe heredero Akishino, de 58 años, su hijo, el príncipe Hisahito, de 18 años, y el príncipe Hitachi, hermano del emperador emérito Akihito, de 88 años, son los únicos tres miembros con derechos sucesorios.
Este escenario ha generado un debate en Japón sobre la necesidad de reformar las leyes sucesorias para permitir que las mujeres puedan acceder al trono, dado el bajo número de herederos varones en la familia imperial. La muerte de la Princesa Yuriko subraya aún más la urgencia de encontrar una solución ante el vacío sucesorio.
El Legado de la Princesa Yuriko
La Princesa Yuriko fue una figura muy respetada y apreciada por la sociedad japonesa, no solo por su longevidad, sino también por su dedicación a la familia imperial. Su deceso marca el final de una era para la familia real japonesa y deja un vacío dentro de la institución que, a medida que avanza el tiempo, requiere una reflexión sobre el futuro y el papel de las mujeres en la Casa Imperial.
Este es un momento significativo para la historia moderna de Japón, donde la familia imperial sigue siendo un pilar cultural y simbólico, pero enfrenta desafíos respecto a la continuidad y representación del trono.
