Por Dayana Mendizabal
Ubicada estratégicamente entre Mérida y Cancún, Valladolid emerge como una joya en la península de Yucatán, ofreciendo una experiencia que combina encanto colonial, riqueza cultural y bellezas naturales.
Fundada en 1543 por Francisco de Montejo, “El Sobrino”, Valladolid es testigo de la fusión de herencia española y legado maya. Sus calles, impregnadas de historia, invitan a sumergirse en un pasado lleno de color y tradición.
El Centro Regional de Artesanías Zací es un tesoro para los amantes del arte popular, donde se pueden encontrar desde huipiles bordados hasta joyería y talabartería, representando la habilidad artística y el legado cultural de la región.
La gastronomía yucateca, famosa por sus sabores auténticos, se exhibe en los restaurantes locales, ofreciendo delicias como la cochinita pibil, los panuchos, el queso relleno y el puchero de gallina, acompañados por el tradicional xtabentún, una experiencia culinaria inolvidable.
Valladolid, reconocida como Pueblo Mágico desde 2012, deslumbra con sus numerosos atractivos, desde el imponente Ex Convento de San Bernardino de Siena hasta los cenotes Zací y Yokdzonot, ofreciendo un abanico de opciones para los viajeros ávidos de exploración.
Sumérgete en la magia de Valladolid, donde cada rincón cuenta una historia y cada festividad celebra la riqueza cultural de la región. Desde la Fiesta de la Candelaria hasta el Otoño Cultural, la ciudad vibra con la energía de su gente y sus tradiciones arraigadas.
Valladolid, un destino que cautiva los sentidos y el espíritu aventurero, espera ansiosamente ser descubierto en el corazón de Yucatán.