En su primera primera audiencia general celebrada este miércoles en la Plaza de San Pedro, el papa León XIV hizo un enérgico llamado a la comunidad internacional para que se permita la entrada de ayuda humanitaria a Gaza, y cesen de inmediato las hostilidades que afectan gravemente a la población civil.
Ante una multitud de más de 25,000 personas, según datos de la prefectura de la casa pontificia, el Vicario de Cristo expresó su profunda preocupación por el deterioro de la situación en la Franja de Gaza.
“Lo que ocurre allí es cada vez más alarmante y doloroso”, afirmó al cierre de su intervención, visiblemente conmovido por las consecuencias del conflicto.

El papa, de origen estadounidense y elegido el pasado 8 de mayo, subrayó que son los más vulnerables —niños, ancianos y enfermos— quienes están pagando el precio más alto de la violencia.
“Renuevo mi llamado para permitir el ingreso de asistencia humanitaria digna y urgente, y para que se ponga fin a la violencia que golpea sin distinción a los inocentes”, insistió.
Esta no es la primera vez que León XIV se refiere al conflicto en Gaza. Desde el inicio de su pontificado, ha reiterado su preocupación por el sufrimiento de la población palestina.

El pasado domingo, durante el rezo del Regina Coeli, advirtió que “las familias en Gaza están siendo llevadas al hambre”. En una alocución anterior, también pidió un alto el fuego inmediato y abogó por la liberación de todos los rehenes.
El pontífice reafirmó su compromiso con la paz y con la protección de los derechos humanos, señalando que “la humanidad no puede seguir permitiendo que la guerra siga destruyendo vidas y sembrando dolor”.
Su mensaje ha sido recibido con esperanza por los fieles y por diversas organizaciones humanitarias que exigen un corredor humanitario en la región.