Por Paula García
En un contexto de severa sequía, el gobierno de Estados Unidos ha intensificado su presión sobre México para la entrega de recursos hídricos vitales. A través de convenios, acuerdos y amenazas de represalias, la administración estadounidense busca asegurar el flujo de agua necesario para enfrentar sus desafíos hídricos. Uno de los estados más afectados por estas negociaciones es Baja California, que verá una significativa reducción en su suministro de agua a lo largo de los próximos tres años.
Según la Comisión Internacional mexicana de Límites y Aguas (CILA), Baja California dejará de recibir casi 500 millones de metros cúbicos de agua a través de la frontera. Este ajuste se realiza a cambio de una inversión de 65 millones de dólares, destinados a mejorar la infraestructura hidráulica en la región.
Mientras tanto, Estados Unidos aprovechará el flujo de agua del río Colorado en el estado de Colorado para la generación de nueva energía. Sin embargo, este acuerdo tendrá un impacto directo en los agricultores del Valle de Mexicali, quienes deberán descansar sus tierras durante los 36 meses que dure el convenio.
El Acta 330 y la Historia de los Acuerdos de Agua
Este año, el acuerdo se formalizó en el Acta 330 de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), tras dos años consecutivos de reducciones en el suministro de agua del río Colorado a México por parte de Estados Unidos. En 2022 y 2023, la entrega de agua disminuyó en un 5% y 7%, respectivamente.
Históricamente, según los acuerdos entre las Comisiones Internacionales de Límites y Aguas de ambos países, Estados Unidos debía entregar a México el 10% del flujo del río Colorado en la frontera entre Baja California y Sonora. Sin embargo, la severa sequía ha hecho que México sea inconsistente en cumplir con su compromiso de pagar cada cinco años 1.75 millones de acres pies de agua al río Bravo, lo cual beneficia a Estados Unidos en medio de sus necesidades hídricas.
Implicaciones y Futuro
La situación actual subraya la urgente necesidad de colaboración internacional y la búsqueda de soluciones sostenibles para la gestión del agua en la región. Las negociaciones y acuerdos como el Acta 330 muestran cómo las tensiones por los recursos hídricos pueden impactar significativamente a las comunidades locales, tanto en México como en Estados Unidos.
Con la continua presión de Estados Unidos y las medidas necesarias para mitigar los efectos de la sequía, la relación entre ambos países en cuanto a la gestión del agua se encuentra en un punto crítico.
