Por Kari Nava
El estreno de la película “Miller’s Girl” ha desencadenado un intenso debate en las redes sociales debido a las polémicas escenas sexuales entre los actores Jenna Ortega y Martin Freeman. Dirigida por Jade Halley Bartlett, la cinta narra un romance entre una estudiante y un profesor, interpretados por Ortega y Freeman, respectivamente, con una diferencia de edad de 31 años (21 y 52 años).
La representación explícita de encuentros sexuales entre los actores ha generado indignación entre los usuarios de las redes sociales, quienes han calificado la película como “asquerosa” e “incómoda”. Algunos han expresado su preocupación por la juventud de Ortega y la explotación de relaciones con una marcada diferencia de edad.
Aunque ha habido defensores argumentando que se trata de una obra de ficción y parte del arte de la actuación, la reacción general ha sido de disgusto y crítica hacia la película. La joven actriz Jenna Ortega, conocida por proyectos más juveniles, como “You” y “Jane the Virgin”, admitió su sorpresa al leer el guión de “Miller’s Girl” y reveló que el tema del abuso de poder entre profesor y estudiante es algo que ella y muchas otras chicas han experimentado en la vida real.
La directora Jade Halley Bartlett adaptó inicialmente “Miller’s Girl” como una obra de teatro en 2011 y luego la presentó en la plataforma Black List en 2016. A pesar de los riesgos asumidos tanto por Ortega como por Bartlett, la película ha recibido críticas mixtas tanto del público como de la crítica, con algunos argumentando que se queda corta al abordar el tema del abuso de figuras de autoridad.
En conclusión, el escándalo generado por “Miller’s Girl” refleja un debate más amplio sobre los límites del arte y la ética en la representación de relaciones controvertidas en la pantalla grande, planteando interrogantes sobre la responsabilidad de los cineastas al abordar temas sensibles como el abuso y la diferencia de edad en sus obras.