El cuidado de las mascotas no solo implica bienestar y cariño, sino también responsabilidad ambiental. Estudios indican que la alimentación de perros y gatos produce hasta 64 millones de toneladas de dióxido de carbono anualmente, una cifra comparable con las emisiones de 13,6 millones de automóviles.
Según la veterinaria Angela Frimberger, optar por alimentos ecológicos y alternativos, como aquellos a base de insectos, podría ser una solución efectiva. Estos alimentos no solo reducen la huella de carbono, sino que también son nutricionalmente completos y aptos para animales con alergias.
La supervisión veterinaria es clave para garantizar una transición adecuada a estas dietas, que prometen ser el futuro de la alimentación sostenible para mascotas.
