Por Vannia Carmona
El 15 de abril de 2019, el mundo observó con consternación cómo las llamas consumían la majestuosa Catedral de Notre Dame, un ícono de casi mil años de antigüedad inscrito en el Patrimonio Mundial de la UNESCO. Cuatro años después, la catedral renace de sus cenizas y este viernes reveló su nuevo esplendor al mundo.
En su momento, el presidente Emmanuel Macron prometió que el emblemático edificio sería reabierto en cinco años, un compromiso que generó escepticismo. Sin embargo, este viernes, al recorrer la catedral completamente restaurada, visiblemente emocionado, declaró: “Es sublime. Convirtieron el carbón en arte”.
A una semana de su reapertura oficial, Macron recorrió el lugar acompañado por su esposa, Brigitte Macron, y el arzobispo de París, Laurent Ulrich. Durante su visita, el mandatario rindió homenaje a los 1,300 trabajadores que participaron en la restauración. «El incendio de Notre Dame fue una herida nacional y ustedes contribuyeron a curarla con su determinación, trabajo y compromiso», aseguró.
Philippe Jost, responsable de la restauración, señaló con orgullo: “Ustedes ven la catedral como nunca antes la habían visto, cinco años después de la visión de la desolación”. Macron recordó con solemnidad el momento en que la escultura de La Piedad emergió entre los escombros, un símbolo de esperanza en medio de la tragedia.
El mandatario destacó que la limpieza de las piedras, acumulada por décadas, ha transformado la catedral en un espacio «mucho más acogedor». También anticipó la magnitud emocional que tendrá su reapertura. «La conmoción será tan poderosa como la del incendio, pero esta vez será una conmoción de esperanza», afirmó.
Las ceremonias de reapertura están programadas para los días 7 y 8 de diciembre, tanto religiosas como laicas, antes de que las puertas se abran al público. Notre Dame, símbolo de la fe, la historia y el arte, resurge como un testimonio de resiliencia y como un faro de esperanza para el mundo entero.