El peligro de los vapeadores: ¿Debería México prohibirlos por completo?

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Por Vannia Carmona

La creciente popularidad de los cigarros electrónicos (vapeadores) ha llevado a un debate sobre su regulación en México. Sin embargo, lo que muchos no consideran es que detrás de la venta de estos dispositivos se esconde un gran peligro para la salud pública, especialmente entre los adolescentes. A pesar de las críticas que podrían considerarse como una defensa de la libertad individual, la prohibición del vapeador es, en realidad, una medida necesaria y urgente.

Es importante destacar que la nicotina, la sustancia activa en los vapeadores, es completamente innecesaria para el funcionamiento del cuerpo humano. Los vapeadores liberan un aerosol que contiene una mezcla de nicotina, propilenglicol, glicerina vegetal y saborizantes, sustancias que, al ser inhaladas, resultan altamente dañinas. Estos dispositivos pueden contener hasta 60 mg/ml de nicotina, lo que representa un grave riesgo de adicción.

La nicotina afecta gravemente el sistema nervioso y cardiovascular, causando desde alteraciones en el control de impulsos y emociones hasta enfermedades graves como el cáncer y las enfermedades respiratorias. Además, los saborizantes y otras sustancias contenidas en los líquidos de los vapeadores son, en su mayoría, tóxicas y cancerígenas.

Aunque algunos defienden los vapeadores como una opción menos dañina que los cigarros tradicionales, la evidencia en México muestra que no ayudan a dejar de fumar. En lugar de ser una solución, estos dispositivos solo crean una nueva vía para enganchar a consumidores, particularmente a los adolescentes. La Encuesta Nacional de Salud 2023 muestra que el 4.3% de los adolescentes mexicanos usan vapeadores, un aumento alarmante en comparación con años anteriores.

El uso de nicotina es una adicción innecesaria, impulsada por una industria que se beneficia del sufrimiento de los usuarios. Es responsabilidad del Estado proteger a los sectores más vulnerables, como los niños y adolescentes, y garantizar que las políticas de salud pública sean las más efectivas.

La prohibición de los vapeadores en México es una medida preventiva, diseñada para evitar que más personas caigan en la adicción a la nicotina. Aunque se podrían explorar otras formas de regulación, la prioridad debe ser proteger la salud pública. En el futuro, se deberán ofrecer alternativas reales de cesación para quienes buscan dejar el consumo de nicotina sin poner en riesgo la salud de los demás.