Por Kathya Contreras
El 19 de octubre de 1987, conocido como el “Lunes Negro”, marcó un día catastrófico para los mercados financieros globales. En esa fecha, las bolsas de valores de todo el mundo sufrieron una de las caídas más pronunciadas de la historia. En coincidencia con la reciente caída de las bolsas asiáticas el 5 de agosto, se rememora este evento histórico y sus profundas implicaciones.
CONTEXTO PREVIO AL “LUNES NEGRO”
En los meses previos al “Lunes Negro”, los mercados globales habían experimentado un notable crecimiento. A principios de 1987, el mercado de valores de Estados Unidos había incrementado un 44%, alcanzando su punto más alto en agosto. Sin embargo, varios factores comenzaron a generar incertidumbre. La Reserva Federal había comenzado a aumentar las tasas de interés para controlar la inflación, lo cual elevó los costos de los préstamos y redujo la rentabilidad de las empresas.
Adicionalmente, el creciente déficit comercial de Estados Unidos generó preocupaciones sobre la estabilidad económica del país. Las tensiones geopolíticas, particularmente en el Medio Oriente, también contribuyeron a un clima de inseguridad entre los inversores.
EL IMPACTO DEL “LUNES NEGRO”
Durante el “Lunes Negro”, el índice Dow Jones Industrial Average (DJIA) se desplomó 508 puntos, lo que representó una pérdida del 22.6% de su valor en un solo día. Esta fue la caída porcentual más grande registrada en la historia de Wall Street hasta la fecha.
EL EFECTO DE ESTA CAÍDA NO SE LIMITÓ A ESTADOS UNIDOS; LOS MERCADOS INTERNACIONALES TAMBIÉN FUERON GRAVEMENTE AFECTADOS:
LONDRES: El índice FTSE 100 cayó un 10.8%.
HONG KONG: La bolsa cerró por una semana después de una caída del 45%.
AUSTRALIA Y CANADÁ: Registraron caídas superiores al 20%.
El desplome resaltó la interdependencia de los mercados financieros globales y la rapidez con la que el pánico puede extenderse en una economía mundialmente conectada. Para evitar futuras crisis similares, se introdujeron mecanismos de seguridad como los “cortacircuitos”, que detienen temporalmente el comercio durante periodos de extrema volatilidad.
Este evento también tuvo un profundo efecto en la mentalidad de los inversores, quienes se volvieron más cautelosos y conscientes de los riesgos de las fluctuaciones del mercado.