Por Kari Nava
El mundo del cine mexicano está de luto tras el sensible fallecimiento del reconocido actor Ernesto Gómez Cruz a la edad de 90 años. Con una trayectoria que abarcó casi 200 producciones en cine y televisión, Gómez Cruz dejó una huella imborrable en la industria cinematográfica de México.
Nacido en Veracruz, Ernesto Gómez Cruz comenzó su carrera en las artes escénicas con pasión y dedicación. A lo largo de décadas, cautivó a audiencias con su talento y versatilidad en una amplia gama de personajes memorables. Desde sus inicios en cintas como “Los Caifanes” (1967) hasta su participación en éxitos más recientes como “El Infierno” (2010), Gómez Cruz demostró su capacidad para interpretar roles con profundidad y autenticidad.
Su impacto en la pantalla grande trascendió fronteras, siendo reconocido tanto nacional como internacionalmente por su destacada labor actoral. Películas como “La ley de Herodes” (1999), “El crimen del padre Amaro” (2002) y “Canoa” (1976) son solo algunas de las muchas obras en las que dejó una marca indeleble.
Sin embargo, los últimos años de la vida de Ernesto Gómez Cruz estuvieron marcados por desafíos personales y de salud. En entrevistas realizadas en 2015 y 2019, el actor habló abiertamente sobre su lucha contra problemas de salud, incluyendo pérdida de agudeza visual y auditiva, así como posibles síntomas de deterioro cognitivo.
A pesar de estos obstáculos, Gómez Cruz nunca perdió su pasión por el arte dramático. Siguió trabajando incansablemente en proyectos hasta que la salud lo obligó a retirarse de los escenarios. Su determinación y dedicación inspiraron a muchos en la industria del entretenimiento.
Además de su legado como actor, Ernesto Gómez Cruz también fue un miembro activo de la comunidad artística, desempeñando roles tanto en la pantalla como en el ámbito sindical. Su compromiso con la Asociación Nacional de Actores (ANDA) y su papel como secretario de Jubilación reflejan su profundo vínculo con la comunidad actoral mexicana.
Aunque su partida deja un vacío en el corazón de quienes lo admiraban, el legado de Ernesto Gómez Cruz perdurará a través de sus innumerables contribuciones al cine y la televisión. Su talento, su pasión y su espíritu indomable continuarán inspirando a futuras generaciones de artistas.
Ernesto Gómez Cruz será recordado no solo como un actor extraordinario, sino también como un verdadero icono del cine mexicano, cuyo impacto perdurará en la memoria colectiva del país y más allá. Que descanse en paz, dejando tras de sí un legado imborrable que seguirá iluminando la pantalla por generaciones venideras.