Por Vannia Carmona
Hace tres años, 23andMe era una de las empresas de análisis de ADN más exitosas, con un valor en el mercado superior al de Apple. Sin embargo, esos días de auge, en los que millones de personas enviaban sus muestras de saliva para obtener información sobre su ascendencia y genética, han quedado atrás, y ahora la empresa lucha por sobrevivir.
En conversación con la BBC, 23andMe se mostró optimista sobre su futuro y aseguró que continúa comprometida con la protección y privacidad de los datos de sus clientes.
¿Cómo llegó esta exitosa compañía de tecnología genética a tener que enfrentar dudas sobre su propia supervivencia?
En su mejor momento, 23andMe gozaba de una gran popularidad y atraía a celebridades como Snoop Dogg, Oprah Winfrey, Eva Longoria y Warren Buffet. Para muchos usuarios, los resultados de ADN resultaban impactantes, revelando secretos familiares o alertando sobre predisposiciones genéticas a ciertas enfermedades.
El precio de sus acciones alcanzó los 321 dólares, pero hoy, tres años después, se desplomaron a menos de 5 dólares, representando apenas el 2% de su valor máximo. Según Dimitris Andriosopoulos, profesor en la Universidad de Strathclyde, la compañía carecía de un modelo de negocio sostenible, y sus planes de monetizar la base de datos genética para la investigación farmacéutica fueron lentos.
Andriosopoulos es pesimista: “Si tuviera que predecir, diría que es poco probable que 23andMe sobreviva”, afirmó.
La situación ha generado cambios en el liderazgo de la compañía. Durante el verano, el consejo de administración renunció, quedando sólo Anne Wojcicki, cofundadora y directora ejecutiva, al frente. Aunque se especula que la empresa podría venderse o desaparecer, Wojcicki ha declarado que su intención es privatizarla y rechazar propuestas de compra.
Sin embargo, la preocupación en torno a la posible venta de 23andMe radica en el destino de su inmensa base de datos de ADN. Almacenar información genética confidencial plantea interrogantes sobre su seguridad.
“Es preocupante por la naturaleza íntima de estos datos”, comentó Carissa Veliz, autora de *Privacy is Power*. Los datos de ADN no solo afectan a quienes realizaron pruebas, sino también a sus familiares, quienes no siempre dieron su consentimiento para el uso de su información.
David Stillwell, profesor de la Escuela de Negocios Cambridge Judge, también advirtió: “Los datos de ADN son diferentes; si un hermano utiliza estos servicios, sus datos pueden ser usados para hacer predicciones de salud sobre otros familiares”.
23andMe asegura que sus protecciones de datos cumplen con la ley y que se mantendrán activas en caso de una venta. Sin embargo, según Veliz, “hasta que se prohíba el comercio de datos personales, nuestra información no estará suficientemente protegida”.