Por Valeria Vázquez
Desde el 23 de diciembre, el Centro de Transferencia Canina (CTC) del Metro de la Ciudad de México se ha convertido en una alternativa para que infractores cumplan con trabajo comunitario derivado de las fotocívicas o por violaciones a la Ley de Cultura Cívica, como arrojar basura, consumir bebidas alcohólicas en vía pública o detonar pirotecnia.
Este espacio, ubicado cerca de la estación El Rosario de las Líneas 6 y 7, en Azcapotzalco, ha recibido a 228 personas que han colaborado en tareas relacionadas con el bienestar de los 55 perros rescatados de las vías del Metro. Entre las actividades que realizan los infractores se encuentran la limpieza de las áreas que ocupan los canes y paseos dentro del centro, fomentando su ejercicio y bienestar.
Una medida para la paz y la adopción
La iniciativa, coordinada con la Dirección Ejecutiva de Justicia Cívica de la Consejería Jurídica, forma parte de las acciones restaurativas promovidas por el Gobierno de la Ciudad de México, encabezadas por Clara Brugada Molina. Además de fomentar la rehabilitación social, esta actividad busca visibilizar a los canes, incentivando su adopción o promoción para encontrarles un hogar permanente.
Los infractores pueden realizar el trabajo comunitario en dos horarios: de 8:00 a 12:00 o de 12:00 a 16:00 horas, de lunes a viernes. Próximamente, se prevé ampliar la medida a fines de semana, facilitando más opciones para cumplir con estos trabajos.
Invitación al público
El Metro de la Ciudad de México hace un llamado a la ciudadanía para contribuir al bienestar de los 55 perros que habitan el CTC, ya sea adoptando a un lomito o donando alimento. Esta iniciativa no solo beneficia a los animales, sino que también fomenta valores como la empatía y la responsabilidad social entre los infractores y la comunidad en general.
El CTC del Metro demuestra que las sanciones pueden transformarse en oportunidades para crear lazos entre las personas y los animales, promoviendo un entorno más humano y solidario.
