El primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, muestra el centenar de vehículos requisados y amenaza a aquel que pretenda volver a la actividad con confiscar su triciclos.
“La actividad de los bicitaxis en Barcelona es historia”. Así de contundente se ha mostrado este miércoles el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni -en una insólita rueda de prensa en el subsuelo del depósito municipal del Litoral- rodeado por un centenar de bicitaxis confiscados durante el verano por la Guardia Urbana. Collboni- junto con la teniente de alcalde de movilidad, Laia Bonet y el teniente de alcalde de Seguridad, Albert Batlle (ambos del PSC)- ha sacado pecho de la estrategia del equipo de gobierno que ha conseguido “erradicar la actividad de los bicitaxis tanto en Barcelona como en toda Cataluña”.
A principios de junio, Collboni hacía público que la única regulación que contemplaba con los bicitaxis era su prohibición. “Es un agujero negro de ilegalidad e inseguridad”, denunciaba entonces el primer teniente de alcalde. En la capital catalana había medio millar de bicitaxis registrados y con la pegatina obligatoria que proporcionaba Barcelona de Serveis Municipals (B:SM), pero se calculaba que los no registrados rondaban el millar. En total, cerca de 1.500 vehículos que recorrían los cinco kilómetros del litoral subiendo y bajando viajeros, sobre todo turistas, en una actividad que no dispone de ningún tipo de licencia.
La ingeniería legal del Ayuntamiento ha llevado a exigir una licencia de transportes a estos bicitaxis a sabiendas que ninguno de estos vehículos disponen de ellas. Si no la presentaban, porque nadie la tenía, el vehículo quedaba confiscado hasta que la Generalitat regulara la actividad. Paralelamente, el Ayuntamiento y la Generalitat mantuvieron reuniones y acordaron modificar la ley del taxi para excluir las bicicletas y los triciclos como actividad de transporte de pasajeros. En la práctica: el bicitaxis ha quedado prohibido y el Ayuntamiento ha tenido que requisar uno a uno estos vehículos cuando los encontraba en las calles.
“Este verano hemos impuesto 230 sanciones y hemos requisado 100 bicitaxis. La cifra puede aumentar pero avisamos que si alguien quiere realizar esta actividad su vehículo acabará en este depósito”, ha amenazado Collboni. El primer teniente de alcalde se ha enorgullecido al asegurar que la estratagema legal empleada ha hecho cambiar las imágenes del frente marítimo. “Estos vehículos dan sensación de inseguridad y de precariedad laboral. Los carriles bici se han descongestionado. En Barcelona no queremos propuestas de turismo low cost”, ha destacado. Collboni ha asegurado que con la ilegalización de la actividad comenzarán a desaparecer los plantas bajas donde se cargaban estos bicitaxis y que muchas veces han originado peligrosos incendios.
Ni Collboni ni Batlle saben donde se encuentra los 1.400 bicitaxis que faltan por requisar. Desconocen si se han trasladado a otras ciudades donde la actividad esté permitida o si continúan en almacenes. De momento los propietarios de los vehículos requisados tienen que abonar 173 euros de multa y 2,5 euros por cada hora que el bicitaxis permanezca en el depósito de vehículos.
El bicitaxi ya es historia en Barcelona
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