De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional, las altas temperaturas en México generalmente inician a finales de marzo, coincidiendo con la llegada de la primavera
Aunque aún no se tiene una fecha exacta para el inicio de la temporada de calor en México en 2025, los pronósticos meteorológicos, basados en los patrones observados en años previos, especialmente en 2024, sugieren que las altas temperaturas empezarán a notarse a partir de marzo, alcanzando su mayor intensidad en el mes de abril. El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ha puntualizado que, en general, las temperaturas extremas en México suelen empezar a finales de marzo, coincidiendo con la llegada oficial de la primavera, que comienza el 21 de ese mes. Sin embargo, la temporada de calor más intensa se extiende hasta finales de abril o principios de mayo, aunque en algunas regiones del norte y sureste del país, las altas temperaturas pueden prolongarse hasta finales de julio.
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Este fenómeno se ha vuelto cada vez más frecuente e intenso debido al cambio climático, lo que incrementa los riesgos para la salud, especialmente para los grupos más vulnerables como niños, adultos mayores, personas con enfermedades crónicas y trabajadores expuestos a altas temperaturas. Algunos de los riesgos más destacados derivados del calor extremo incluyen:
- Golpe de calor: Uno de los efectos más peligrosos del calor extremo. Ocurre cuando el cuerpo no puede regular su temperatura interna, que puede superar los 39°C. Los síntomas incluyen piel caliente y seca, confusión, mareos, dolor de cabeza, náuseas y pérdida de conciencia. Si no se trata de inmediato, el golpe de calor puede ocasionar daños irreversibles en órganos vitales y, en casos graves, puede ser fatal.
- Deshidratación: La pérdida excesiva de líquidos debido a las altas temperaturas puede llevar a la fatiga, calambres musculares y alteraciones en el ritmo cardíaco, lo que pone en riesgo la salud general, especialmente en personas que ya padecen de problemas cardíacos.
- Problemas gastrointestinales: El calor extremo afecta la conservación de los alimentos, lo que acelera su descomposición y aumenta el riesgo de intoxicaciones alimentarias. Esto puede provocar trastornos gastrointestinales como dolor abdominal, diarrea y vómitos.
- Complicaciones respiratorias y cardiovasculares: Las altas temperaturas también pueden agravar problemas respiratorios y cardiovasculares, especialmente en personas que padecen enfermedades como hipertensión, asma o enfermedades pulmonares obstructivas crónicas (EPOC).
Dado el riesgo creciente de las altas temperaturas en México, es esencial tomar precauciones para minimizar los efectos negativos sobre la salud. La Protección Civil de México recomienda seguir estas pautas:
- Hidratación constante: Mantenerse bien hidratado durante todo el día es clave. Se deben consumir líquidos, preferentemente agua y bebidas con electrolitos, para evitar la deshidratación.
- Evitar la exposición solar directa: Es importante no exponerse al sol entre las 11:00 a. m. y las 4:00 p. m., cuando los rayos solares son más intensos.
- Uso de ropa adecuada: Optar por ropa ligera, de colores claros, y protegerse con sombreros y gafas de sol para reducir la exposición a los rayos ultravioleta.
- Protección solar: Aplicar bloqueador solar de amplio espectro en la piel para prevenir quemaduras solares y protegerse de los daños causados por la radiación ultravioleta.
- Evitar actividades físicas intensas: No realizar ejercicios extenuantes durante las horas de más calor. Si es necesario hacer alguna actividad física, hacerlo en espacios frescos y en horarios donde la temperatura sea más baja.
- Mantener los hogares frescos: Utilizar ventiladores, aires acondicionados o técnicas de ventilación natural para mantener el hogar a una temperatura cómoda y evitar que se acumulen temperaturas extremas dentro de la casa.
- No dejar a personas ni mascotas dentro de vehículos: Las temperaturas dentro de los autos estacionados pueden aumentar drásticamente en cuestión de minutos, lo que puede ser mortal, especialmente para los más vulnerables.
- Atención a los grupos vulnerables: Es fundamental prestar especial atención a los niños pequeños, personas mayores y aquellos con condiciones de salud preexistentes para garantizar que se mantengan seguros durante la ola de calor.
- Alimentación ligera y fresca: Optar por alimentos frescos, ligeros y fáciles de digerir, como frutas, ensaladas y sopas frías, puede prevenir problemas gastrointestinales asociados al calor extremo.