Por Fernanda Sánchez
Especialistas destacan la importancia de la atención integral y el apoyo emocional en la salud mental de las gestantes y madres recientes.
El embarazo y el posparto son etapas de profundos cambios hormonales, físicos y psicológicos que pueden aumentar el riesgo de desarrollar problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad, según expertos. Además de los factores biológicos, elementos como el estrés, el entorno sociocultural y la falta de apoyo emocional también pueden incidir negativamente en la estabilidad emocional de las mujeres.
La psiquiatra Margarita Pinao, de la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud (Minsa), resalta la importancia de identificar señales de alerta como la fatiga persistente, alteraciones del sueño, pensamientos negativos, aislamiento social y desmotivación. “Estas señales deben ser atendidas de manera oportuna para prevenir complicaciones mayores”, advierte.
La depresión gestacional y sus implicaciones clínicas
William Aguilar, jefe del Departamento de Salud Mental del Hospital Hipólito Unanue, explicó que la depresión puede manifestarse en diferentes etapas del embarazo y, en algunos casos, extenderse al posparto. “Las mujeres con depresión previa al parto deben continuar su tratamiento con medicamentos seguros, como la sertralina, que garantiza la seguridad del bebé al transferirse mínimamente a la leche materna”, afirmó.
Asimismo, Aguilar destacó que algunas mujeres pueden desarrollar trastornos más graves, como la psicosis posparto, incluso sin antecedentes previos de problemas de salud mental. Este cuadro clínico requiere atención inmediata debido al riesgo potencial para la madre y el bebé.
Señales de alarma que no deben ignorarse
La doctora Pinao enfatiza que tanto los familiares como el médico tratante deben estar atentos a comportamientos preocupantes, como la negativa a asistir a controles prenatales, rechazo al embarazo o signos de autolesiones. “El consumo de alcohol o la presencia de hematomas en esta etapa son indicativos de una posible crisis que demanda atención inmediata”, señaló.
En casos complejos, instituciones como el Hospital Hipólito Unanue cuentan con Unidades de Hospitalización de Salud Mental y Adicciones (UHSMA), que brindan atención integral y personalizada con equipos multidisciplinarios. Estas unidades buscan garantizar tanto la seguridad de la madre como el bienestar del recién nacido, fortaleciendo el vínculo emocional entre ambos.
Avances normativos en la salud mental materna
Este año, la aprobación de la Directiva Sanitaria para el Cuidado Integral de la Salud Mental de Gestantes y Madres con Hijos Menores de 5 Años marcó un hito en la atención de este problema. Este documento tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de las madres y promover el desarrollo socioemocional de sus hijos, estableciendo la salud mental materna como una prioridad de salud pública.
Aguilar subraya que un abordaje efectivo incluye evaluaciones multidisciplinarias realizadas por psiquiatras, psicólogos y otros especialistas. Además, el acompañamiento del círculo cercano resulta crucial para mitigar el impacto de los trastornos y fomentar una maternidad saludable.
El reto de eliminar prejuicios y promover el apoyo emocional
Finalmente, la doctora Pinao subrayó que el apoyo emocional debe extenderse más allá del ámbito médico. “Un entorno familiar solidario puede marcar una gran diferencia en la recuperación de la madre y en el fortalecimiento de su bienestar emocional”, afirmó.
Visibilizar estos desafíos no solo contribuye a reforzar los marcos normativos, sino también a generar conciencia sobre la importancia de una maternidad saludable, tanto para las madres como para el desarrollo integral de sus hijos.