Donald Trump, ahora de nuevo electo presidente de Estados Unidos, ha mantenido una relación cercana con los deportes de combate desde los años 80, convirtiéndose en un aliado crucial para disciplinas como las artes marciales mixtas (MMA) y el boxeo. Su conexión con la UFC y su presidente, Dana White, ha sido una parte fundamental de su vínculo con estos deportes, en un momento en el que las ligas deportivas principales de EE.UU., como la NBA y la NFL, se han mostrado en su mayoría críticas o neutrales ante su figura.
La Alianza con la UFC
Antes de convertirse en un fenómeno global, la UFC enfrentaba una crisis en la que numerosos estados rechazaban sus eventos. En este panorama crítico, Trump fue uno de los pocos que le ofreció su apoyo, abriendo las puertas de su casino en Atlantic City para albergar combates cuando casi nadie más lo hacía. Este apoyo inicial fue decisivo para la organización y estableció una amistad duradera entre Trump y Dana White. En el discurso tras su última victoria electoral, White subió al escenario con Trump y lo elogió como uno de los líderes más resistentes y trabajadores.
La cercanía de Trump con la UFC no se limita a lo simbólico. Steven Cheung, portavoz de la campaña de Trump y exmiembro del equipo de comunicación de la UFC, ha trabajado junto al expresidente en varias ocasiones. Además, Trump ha sido un espectador frecuente de los eventos de la organización, fortaleciendo aún más este vínculo.
Sus Vínculos con la WWE
El interés de Trump por los deportes de combate se extiende también al mundo de la lucha libre profesional. En la década de los 80, su casino en Atlantic City albergó dos eventos de WrestleMania, ayudando a consolidar el lugar de la WWE en el entretenimiento deportivo de EE.UU. En 2007, Trump incluso protagonizó una trama conocida como la “Batalla de los Multimillonarios” junto a Vince McMahon, entonces propietario de la WWE, en WrestleMania 23. Trump, de hecho, es el único presidente en la historia en haber sido incluido en el Salón de la Fama de la WWE.
En el ámbito político, Trump ha mantenido lazos con la familia McMahon. Linda McMahon, esposa de Vince y exadministradora de la WWE, fue nombrada por Trump como administradora de pequeñas empresas durante su primera administración. Ahora lidera un grupo de apoyo a sus políticas, el America First Policy Institute.
Un Fan del Boxeo y Aliado de Mike Tyson
Trump es también un gran admirador del boxeo, y ha jugado un papel importante en el crecimiento de este deporte en EE.UU., organizando eventos de grandes figuras como Mike Tyson en los años 80. Su relación con Tyson es de larga data, y el boxeador ha expresado públicamente su apoyo a Trump desde sus primeros pasos en la política. En una entrevista de 2022, Tyson recordaba con aprecio a Trump, reconociendo que siempre lo trató bien y lo apoyó en su carrera profesional.
Su Relación con las Grandes Ligas y la Controversia en el Golf
A diferencia de los deportes de combate, Trump ha tenido una relación mucho más complicada con ligas como la NBA y la NFL, especialmente después de que figuras como Colin Kaepernick tomaran una postura política arrodillándose durante el himno nacional. Esta postura ha resonado también en la NBA, donde varios jugadores han manifestado abiertamente su rechazo a Trump. Aun así, el golf se mantiene como una de sus actividades favoritas, pese a la ruptura con el PGA Tour en 2015 debido a comentarios controvertidos. Su apoyo reciente al circuito saudí LIV ha sido otro capítulo en su relación polémica con el deporte.
La afinidad de Trump con los deportes de combate ha sido un eje distintivo de su carrera tanto en el ámbito de los negocios como en la política. Este respaldo ha sido, en parte, clave para el desarrollo de disciplinas como la UFC y el boxeo en EE.UU., mientras que su influencia en estas comunidades sigue siendo una particularidad que lo diferencia de otros presidentes y políticos en la historia reciente.