Por Sofía Swindall
Las detenciones de mexicanos en la frontera con Estados Unidos han registrado una notable disminución desde junio de este año, cuando el presidente Joe Biden ordenó el cierre del proceso de asilo en la frontera. Los mexicanos, que representan la mayoría de los migrantes que aún intentan cruzar, enfrentan mayores obstáculos para solicitar refugio, lo que ha generado cambios en sus estrategias migratorias.

Mexicanos, los únicos en entregarse buscando asilo
A diferencia de migrantes de otras nacionalidades, los mexicanos siguen llegando a la frontera para entregarse a la Patrulla Fronteriza con la esperanza de solicitar asilo. Sin embargo, son detenidos y devueltos a México en cifras cada vez menores. Según José María García Lara, director del albergue Juventud 2000 en Tijuana, más del 85% de las familias que llegan a su refugio son mexicanas, mientras que solo el 15% son migrantes extranjeros, la mayoría con citas obtenidas a través de la aplicación CBP One.
Cierre de la frontera y sus implicaciones
El cierre al proceso de asilo ha complicado las solicitudes, especialmente para quienes no cuentan con citas previas. Solo casos de emergencia médica o migrantes con visas humanitarias logran excepciones al cierre. A pesar de esto, algunas familias mexicanas intentan cruzar el muro fronterizo, pero al ser detenidas, pierden la posibilidad de solicitar asilo durante años.
Factores detrás de la reducción de detenciones
La disminución de las detenciones no solo se debe al cierre del proceso de asilo. Según informes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), las cifras han caído un 60% desde junio, en parte debido a las medidas del gobierno mexicano, que ha ofrecido trabajos y apoyos a migrantes para disuadirlos de llegar a la frontera.
Los mexicanos deportados suelen regresar a sus estados de origen, aunque no siempre a las localidades de las que huyeron por problemas de violencia o crimen organizado.
Una situación crítica para solicitantes de asilo
A pesar de que muchos mexicanos detenidos deberían ser considerados solicitantes de asilo, son registrados como migrantes ilegales en las estadísticas oficiales, lo que refleja un desafío adicional en su búsqueda de refugio en Estados Unidos.