Apenas pasó el 15 de mayo la semana pasada y ese día recordemos que celebramos el Día del Maestro. Y no, no es solo una fecha para regalar chocolates o una taza con la frase “el mejor profe del mundo”. Es una oportunidad para hablar de algo muy serio (y también muy emocionante): la educación como el negocio más importante y más subestimado que existe, por esto en alución a este día, quiero compartir con ustedes esta columna.
Te decia que la educación es un negocio, Sí, negocio. ¿Te suena raro? Vamos paso a paso.
La educación mueve millones (y no hablamos solo de colegiaturas)
Según datos de la OCDE, la industria educativa representa entre el 4% y 6% del PIB en países como México. En 2023, el gasto público en educación fue de 1.1 billones de pesos, ¡más de lo que se destinó a infraestructura! Y si nos vamos al sector privado, hablamos de un ecosistema gigantesco: universidades, cursos online, edtechs, certificaciones, bootcamps, apps educativas… todos compitiendo por algo muy valioso: nuestra atención y nuestra mente.
Esto no es poca cosa. La educación, además de ser un derecho, es también una industria en plena transformación. Basta ver cómo empresas como Platzi, Crehana o Edutopia están creciendo con modelos ágiles, digitales y centrados en habilidades para el mundo real.
Los maestros: los primeros inversionistas en talento
Pero más allá del dinero, la educación es la fábrica donde se moldean los futuros líderes, emprendedores y CEO’s. Cada maestro es como un “ángel inversionista”, sembrando tiempo, esfuerzo y conocimiento en alumnos que aún no tienen claro si quieren ser músicos, ingenieros o fundar el próximo unicornio.
¿Y sabes qué? Muchos de los grandes empresarios de hoy recuerdan a un maestro como el detonador de su camino.
- Steve Jobs habló de su maestra de cuarto grado, quien le dio seguridad para seguir haciendo preguntas raras.
- Elon Musk aprendió programación en una escuela pública en Sudáfrica… y a los 12 ya había vendido su primer videojuego.
- En México, Carlos Slim ha dicho que su padre fue su primer maestro y mentor; el valor de la educación lo llevó a impulsar la Fundación Telmex con enfoque educativo.
Emprender también se enseña (y se aprende)
Hoy más que nunca, las aulas también pueden ser semilleros de negocios. Con proyectos reales, modelos canvas, retos de innovación y trabajo colaborativo, cada clase es una mini incubadora. ¿Cuántos negocios exitosos no han nacido como tareas escolares?
Y aquí es donde los maestros hacen magia: traducen la teoría en realidad, despiertan curiosidad, enseñan a fallar sin miedo. Ellos no solo enseñan contenidos, enseñan carácter, resiliencia, empatía, liderazgo… habilidades blandas que, spoiler alert, son las más buscadas por las empresas hoy en día.
Entonces, ¿cuál es el ROI del Día del Maestro?
Altísimo. Celebrar a los maestros es honrar al recurso más importante de cualquier país: su talento humano. Porque sin maestros no hay emprendedores, sin educación no hay innovación, y sin inspiración no hay futuro.
Así que sí, ¡feliz Día del Maestro! Gracias por enseñarnos que el conocimiento no solo transforma vidas… también transforma economías.
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