El 21 de febrero de 2025, un trágico suceso sacudió a Trujillo, Perú, con el colapso del techo en el patio de comidas del Real Plaza, uno de los principales centros comerciales de la región. En un instante, lo que sobrevivientes describieron como un “terremoto” se convirtió en una tragedia que dejó al menos 8 muertos, incluidos tres niños, y más de 80 heridos. La noche del derrumbe, que ocurrió en un horario de gran afluencia, sembró el pánico entre los presentes, muchos de los cuales quedaron atrapados entre los escombros.
El Real Plaza Trujillo había sido cerrado a fines de 2023 debido a riesgos en sus conexiones eléctricas, pero fue reabierto poco después. Este trágico accidente ha despertado preguntas inquietantes sobre la seguridad en los centros comerciales del país. ¿Este desastre era predecible? ¿Deberían los ciudadanos haber considerado estos espacios como zonas de riesgo y no de esparcimiento?
Desde 2011, el Real Plaza ha enfrentado problemas con su infraestructura. En ese año, después de menos de seis meses de haber abierto sus puertas en Arequipa, un incidente similar alarmó a la ciudad. Durante la temporada de lluvias, grandes bloques de concreto se desprendieron del techo, afectando la entrada principal y causando caos entre los compradores. La falta de un plan de evacuación adecuado y el mal mantenimiento de la estructura pusieron en evidencia las deficiencias de la cadena.
Este incidente no fue aislado. En 2019, otro desprendimiento de techo ocurrió en Real Plaza Juliaca, en Puno, durante una granizada, lo que obligó a la evacuación de los clientes. Aunque no hubo víctimas mortales, el temor de que se repitiera una tragedia similar a la de Arequipa estuvo presente entre los presentes.
A pesar de los graves accidentes, los centros comerciales de la cadena no implementaron medidas de seguridad suficientes. Los trabajadores y ciudadanos de diversas ciudades, como Cusco, han solicitado a las autoridades locales que realicen inspecciones rigurosas y que se adopten protocolos de seguridad adecuados. Sin embargo, estos incidentes parecen haber caído en el olvido, sin que se tomen acciones preventivas claras.
Este colapso de techo en Trujillo refuerza la necesidad urgente de mejorar las condiciones estructurales de los centros comerciales en Perú y garantizar que se implementen medidas de seguridad para proteger a las miles de personas que los visitan a diario.
