Por Dayana Mendizabal
Salvatierra, un tesoro en la región de Guanajuato, se presenta como un Pueblo Mágico enclavado en el fértil Valle de Guatzindeo, donde el majestuoso Río Lerma fluye con orgullo. Esta ciudad colonial, elevada a la categoría de ciudad en 1644, es un testimonio vivo de arquitectura religiosa y civil que le otorgan distinción y un encanto tradicional.
La etimología indígena de Guatzindeo, que significa “sitio de hermosa vegetación”, captura la esencia de este lugar donde la naturaleza se combina armoniosamente con la riqueza histórica. La población inicial, predominantemente española, fue un factor clave para que Salvatierra se convirtiera en la primera ciudad de la región guanajuatense.
En la segunda mitad del siglo XVI, los agustinos dejaron su marca al construir un magnífico complejo conventual, consolidando aún más la identidad de Salvatierra. Desde entonces, esta ciudad ha mantenido su esencia, siendo reconocida como Pueblo Mágico en 2012.
Las construcciones civiles y religiosas de Salvatierra cuentan historias centenarias. Entre los destacados se encuentran el Templo y Convento del Carmen, la Iglesia de Nuestra Señora de la Luz y el pintoresco Puente de Batanes. Casonas virreinales y porfirianas, en excelente estado, adornan las calles, creando un ambiente tranquilo y acogedor.
Entre los atractivos que ofrecen un vistazo a la historia y la belleza natural se encuentran la Plaza de la Constitución, el Templo y Convento de las Capuchinas, la Parroquia de Nuestra Señora de la Luz, el Eco Parque El Sabinal y el imponente Templo de San Francisco de Asís.
Salvatierra cobra vida con festividades arraigadas, como la Fiesta del Buen Temporal, que venera al Señor del Socorro para asegurar buenas cosechas, y la Feria de Salvatierra en febrero, celebrada con bailes, jaripeo, teatro del pueblo y corridas de toros.
Ubicado estratégicamente entre los municipios de Tarimoro, Acámbaro, Yuriria, Santiago Maravatío y Jaral del Progreso, Salvatierra se erige como un destino que combina historia, arquitectura y tradiciones arraigadas, invitando a los visitantes a sumergirse en su encanto único.