La dermatitis atópica es una enfermedad crónica de la piel que afecta a millones de personas en el mundo. Para comprender mejor esta afección, hablamos con Marta Morais, farmacéutica y product trainer de BABÉ, quien nos resolvió las dudas más frecuentes.
¿Qué es la dermatitis atópica y cómo se diferencia de otros eczemas?
Según Morais, la dermatitis atópica se caracteriza por sequedad extrema, picor persistente, enrojecimiento e inflamación. “Se produce por una deficiencia en los lípidos de la epidermis, lo que hace que la piel pierda agua más fácilmente y permita la entrada de alérgenos, causando irritación”. A diferencia de otros eccemas, esta afección tiene un fuerte componente genético y acompaña al paciente a lo largo de su vida, aunque suele mejorar en la adultez.
Factores que desencadenan la dermatitis atópica
Esta afección cursa por brotes, lo que significa que hay periodos de exacerbación y remisión. Entre los factores desencadenantes destacan:
- Jabones y detergentes agresivos.
- Ácaros, polvo y polen.
- Cambios bruscos de temperatura.
- Estrés y ansiedad.
Consecuencias a largo plazo en la piel y la salud
El picor constante no solo afecta la piel, sino también la calidad de vida del paciente. “Puede generar angustia mental e incluso afectar el sueño, lo que lleva a fatiga diurna”, explica Morais. Además, el impacto estético puede influir en la autoestima, sobre todo cuando los eccemas aparecen en zonas visibles como manos y rostro.
En niños, la dermatitis atópica es especialmente frecuente. “Más de la mitad de los casos se presentan en el primer año de vida, afectando tanto a los pequeños como a sus padres, quienes ven alterado su descanso y rutina”.
Tratamientos más efectivos
El tratamiento debe ser guiado por un profesional de la salud. “En muchos casos se requieren fármacos con receta médica”, señala la farmacéutica. Además, el uso de cosméticos adecuados puede ser un gran aliado para prevenir los brotes y mejorar la barrera cutánea.