Donald Trump regresará a la Casa Blanca con una promesa que no logró concretar en su primera presidencia: deportar a millones de inmigrantes indocumentados. Su gabinete actual refleja la seriedad de esta intención, pero los expertos advierten sobre las consecuencias económicas de implementar dicha medida, especialmente en sectores clave como la agricultura, construcción y hotelería, que dependen en gran medida de la mano de obra inmigrante.
Actualmente, se estima que alrededor de 11 millones de inmigrantes viven en Estados Unidos sin estatus legal, de los cuales 8.3 millones son parte activa de la fuerza laboral, representando casi el 5% del total. En sectores como la construcción o la agricultura, uno de cada ocho trabajadores podría ser deportado, y en hotelería, uno de cada 14, según el Consejo Estadounidense de Inmigración.
Impacto económico previsto
Un informe conjunto del AEI, Brookings Institution y Niskanen Center estima que las políticas migratorias de Trump podrían frenar el crecimiento del PIB en hasta 0.4 puntos porcentuales en 2025. La reducción de trabajadores inmigrantes impactaría directamente la producción de bienes y servicios, y la disminución del consumo por parte de estos grupos agravaría la situación.
En un escenario más extremo, el Instituto Peterson para la Economía Internacional calcula que la deportación de 8.3 millones de inmigrantes podría reducir el crecimiento económico en un 7.4% para 2028, lo que resultaría en un crecimiento nulo durante el segundo mandato de Trump. Además, la inflación podría aumentar hasta 3.5 puntos porcentuales en 2026 debido a la necesidad de aumentar salarios para atraer trabajadores locales.
Escenarios posibles y desafíos
Michael Strain, director de Estudios Económicos de AEI, advierte sobre posibles aumentos de precios en sectores específicos, mientras que Pantheon Macroeconomics sugiere que el impacto inflacionario total podría ser moderado, compensado por una demanda más débil en otras áreas. Sin embargo, la mayoría de los analistas coinciden en que las dificultades legales y logísticas limitarán la implementación total de estas políticas, como ocurrió en el primer mandato de Trump.
Economistas de Goldman Sachs prevén una reducción moderada en la inmigración neta, de alrededor de 750,000 personas anuales, en comparación con el millón previo a la pandemia. Aunque las deportaciones masivas anunciadas en la campaña parecen difíciles de ejecutar, el debate continúa, y las implicaciones económicas son claras: Estados Unidos podría enfrentar desafíos significativos si estas políticas se implementan de manera rigurosa.