Si fuiste adolescente en 1999, seguramente recuerdas el fenómeno de El proyecto de la bruja de Blair. En una época donde Internet apenas asomaba, la película fue promocionada como un caso real, engañando a muchos con su estilo documental. Años después, se revelaron los nombres de los actores y las impactantes experiencias que vivieron durante el rodaje, lo que ayudó a mantener la autenticidad y sensación de terror en la pantalla.
Uno de los aspectos más sorprendentes de la película fue el impacto psicológico en sus actores. Heather Donahue, la protagonista, reveló que después de grabar la escena final, lloró y gritó durante 15 minutos sin poder controlarse. El ambiente en el set era tan intenso que los actores realmente temían por su seguridad, llegando a creer que algo podría salir terriblemente mal. De hecho, Donahue estaba tan asustada que, durante algún tiempo, pensó que la película podría ser una snuff movie encubierta, donde realmente le harían daño. Por precaución, llevó un cuchillo al set para defenderse si fuera necesario.
La película, dirigida por Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, fue rodada de una manera única: con escasos recursos y dejando a los actores en un constante estado de ansiedad. El equipo utilizó el aislamiento y la incertidumbre para alimentar el miedo en los protagonistas, quienes llegaron a dudar si la trama ficticia se convertiría en una realidad aterradora. Varios de los actores estuvieron a punto de abandonar el rodaje debido a las tensiones extremas, pero lograron terminar la película que, para su sorpresa, se convertiría en uno de los éxitos más grandes del cine de terror.
A pesar del estrés vivido, El proyecto de la bruja de Blair se coronó como la película más rentable de la historia en ese momento. Con un presupuesto que oscilaba entre los 200.000 y 750.000 dólares, logró recaudar la asombrosa cifra de 248 millones en taquilla. A pesar de este éxito económico, los actores no recibieron grandes compensaciones, lo que dejó a Donahue con una mezcla de orgullo y decepción.
Aunque Myrick y Sánchez nunca lograron repetir el éxito financiero de El proyecto de la bruja de Blair, la película les otorgó un lugar en la historia del cine. No obstante, el miedo real en el set, las secuelas emocionales de los actores y las dudas sobre la naturaleza del proyecto son un recordatorio de los límites que algunos directores están dispuestos a cruzar en busca de autenticidad. Afortunadamente, en los siguientes proyectos de los directores, ninguna actriz ha vuelto a llevar un cuchillo al set.
A veces, el miedo más grande no está en la pantalla, sino detrás de cámaras.