El comercio entre México y Estados Unidos es una piedra angular de la economía nacional, con exportaciones que van desde frutas y autopartes hasta productos menos comunes como los diamantes. Yucatán, por ejemplo, tiene a estos últimos como su tercera mercancía más exportada al país vecino.
La industria cervecera también es protagonista: Aguascalientes se posiciona como un importante exportador, mientras que Oaxaca destaca en la venta de otras bebidas alcohólicas.
Sin embargo, la relación comercial no es unilateral. México es un gran comprador de productos estadounidenses, dominando la importación de autopartes y maquinaria, pero también de insumos clave como el maíz, esencial en estados como Jalisco, Guanajuato, Puebla y Yucatán.
Según datos de la Secretaría de Economía, los estados con mayor dependencia del mercado estadounidense son Campeche (96.4%), Tamaulipas (96.1%) y Chihuahua (96%), mientras que Quintana Roo (33.9%), Puebla (62.1%) y Veracruz (62.3%) muestran menor porcentaje de envíos a EE.UU.
Impacto de los aranceles en las economías estatales
El comercio bilateral enfrenta desafíos ante posibles aranceles impulsados por Donald Trump. Algunos ya aplican a sectores estratégicos como el acero y el aluminio, lo que genera preocupación en los estados con una alta dependencia de la manufactura exportadora, principalmente en el norte y centro del país.
De acuerdo con Standard & Poor’s, las entidades con más del 20% de su PIB ligado a industrias en riesgo son Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí, Aguascalientes, Guanajuato y Querétaro.
Los sectores más vulnerables incluyen:
- Transporte (vehículos, maquinaria y semirremolques).
- Equipo eléctrico.
- Metales básicos (acero y aluminio).
HR Ratings destaca que Tamaulipas, con una economía diversificada, tiene mayor resistencia a cambios en la política arancelaria, mientras que Quintana Roo enfrenta menor riesgo debido a que sus exportaciones están dirigidas principalmente a mercados del Caribe.
El sector automotriz es otro punto crítico: si los aranceles se extienden a este rubro, estados como Aguascalientes, Puebla, Guanajuato y San Luis Potosí sufrirían un impacto significativo.
El futuro del comercio México-EE.UU. dependerá de la evolución de estas medidas y la capacidad de adaptación de los estados a un entorno comercial más restrictivo.
