Sean más o menos tranquilos, el impulso de alejarse de los padres es común en casi todos los niños pequeños. ¿Cómo reaccionar de la mejor forma y hacerles comprender el peligro que implica?
Pocos padres se libran de la angustia de ver a su hijo pequeño salir corriendo y alejarse. Este comportamiento es común en los niños, ya que están en una etapa de exploración y curiosidad. Sin embargo, aunque este impulso forma parte de su desarrollo, también conlleva riesgos, como caídas, golpes o incluso accidentes relacionados con el tráfico. Teresa Jiménez de Miguel, psicóloga y divulgadora, comparte algunas claves sobre cómo reaccionar y prevenir estas situaciones.
¿Cuándo comienzan a explorar por sí solos?
A partir de los dos o tres años, los niños tienen una mayor capacidad motriz y un creciente deseo de explorar más allá de sus padres, sin tener conciencia del peligro. Pueden comenzar de manera más cautelosa, pero conforme adquieren confianza, pueden alejarse más, exponiéndose a riesgos.
¿Cómo hacerles comprender el peligro?
El deseo de explorar es una parte natural del desarrollo, pero es importante transmitirles los riesgos de manera firme pero amable. Teresa Jiménez recomienda usar el juego y acuerdos claros para explicarles las consecuencias de sus acciones, sin recurrir a amenazas ni castigos. Además, conocer el momento evolutivo del niño nos ayuda a adelantarnos a los peligros y a abordar sus comportamientos de forma adecuada.
¿Es útil asustarlos con el “hombre del saco”?
Aunque la figura del “hombre del saco” se ha utilizado para advertir a los niños sobre los peligros, educar a través del miedo o la mentira puede tener efectos contraproducentes. Es mejor explicarles los riesgos de forma realista y darles herramientas para pedir ayuda o defenderse si es necesario, como conocer su dirección, nuestro número de teléfono y qué hacer en situaciones de peligro.
¿Qué hacer cuando el niño se escapa?
Si un niño se aleja y se pierde, lo primero es mantener la calma. Evitar gritar o expresar enfado es crucial, ya que el niño puede sentirse angustiado o confundido. En su lugar, lo mejor es abrazarlo y mostrar alivio. Después, cuando todos estén más tranquilos, se puede hablar sobre las consecuencias de su acción. Además, si el niño tiende a escaparse, es importante reforzar la norma de que debe ir siempre de la mano o a tu lado y redoblar la vigilancia.
En algunos casos, los padres recurren a arneses o correas para mantener controlado al niño, una medida que, aunque controvertida, puede ser útil en situaciones extremas para evitar que el niño se aleje. Sin embargo, siempre es mejor intentar prevenir este comportamiento con métodos educativos y de prevención.