Por Samantha Guerrero
Miles de personas han llegado a Aley, a solo 19 kilómetros de Beirut, huyendo de los intensos bombardeos en el sur de Líbano, donde Israel ha centrado sus ataques aéreos contra Hezbollah. La situación se ha vuelto crítica, con el número de desplazados alcanzando aproximadamente 10,000, según el gobernador del distrito, Badr Zeidan.
Aley se Convierte en Refugio
Las escuelas y otros edificios han sido adaptados como albergues para los recién llegados, con residentes locales donando sus departamentos para ayudar. “Registramos a las familias y las distribuimos en escuelas y casas vacías”, comentó Zeidan, subrayando la creciente necesidad de asistencia.
Historias de Desplazamiento
Nasreen, una madre de familia, compartió su angustiante experiencia de huida. “Tardamos 13 horas en recorrer un trayecto que normalmente toma una hora. Mis hijos entraron en pánico y decidimos irnos”, relató. El viaje estuvo marcado por el miedo y la falta de recursos, con la gente atrapada en embotellamientos mientras los ataques aéreos continuaban.
Números Desgarradores
Las cifras de víctimas son alarmantes. El ministerio de Salud de Líbano ha reportado al menos 558 muertos y más de 1,800 heridos en solo dos días de intensos combates. La mayoría de las víctimas son civiles desarmados, incluidos 50 niños y 94 mujeres. La situación es crítica, y el suministro de alimentos, medicinas y productos básicos es cada vez más escaso.
Llamados a la Acción
Laura Mukhtar Abu Hassan, quien coordina los esfuerzos de ayuda en Aley, enfatizó la urgencia de recibir donaciones. “La gente necesita comida, pañales y medicinas. La situación es desesperada”, dijo, mostrando una larga lista de artículos requeridos con urgencia.
Un Futuro Incierto
Las tensiones continúan aumentando, y se teme que los recientes ataques de Israel sean solo el inicio de un conflicto a gran escala. La posibilidad de una incursión terrestre en Líbano se vuelve cada vez más real. El Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha instado a los civiles a evacuar las áreas cercanas a Hezbollah, pero muchos no son conscientes de la proximidad de estos objetivos.
Los residentes como Jadi Hassan Abdallah, quien huyó de Maarakeh, viven en la incertidumbre. “Sólo traemos la ropa puesta. No sabemos qué pasará en las próximas semanas”, comentó, recordando el horror de la guerra de 2006.