Por Diana Silva
En su libro ‘No eres especial’, el historiador David McCullough popularizó el término “padre quitanieves” en 2015, refiriéndose a aquellos padres que, preocupados en exceso por sus hijos, eliminan cualquier obstáculo en su camino, privándolos así de aprender a enfrentar desafíos por sí mismos.
Las señales de esta sobreprotección son claras: desde intervenir en las disputas escolares de los niños hasta culpar a los profesores por malas calificaciones. Sin embargo, esta actitud puede generar inseguridad, dependencia y una baja tolerancia a la frustración en los niños, quienes perciben el mundo como amenazante y se acostumbran a depender de sus padres para resolver problemas.
¿Cómo evitar caer en esta trampa? Algunas estrategias clave incluyen:
- Promover la autonomía: Permitir que los niños gestionen su tiempo y responsabilidades, como las tareas escolares, fomenta habilidades de organización y autonomía.
- Apoyar la resolución de problemas: En lugar de resolver los problemas por ellos, escuchar activamente a los niños y brindarles espacio para encontrar soluciones por sí mismos promueve su capacidad de afrontar desafíos de manera independiente.
- Priorizar el descanso: Tanto para los padres como para los niños, encontrar momentos de desconexión es crucial. Esto previene el agotamiento físico y mental y permite que los niños aprendan a ser autosuficientes en su día a día.
Encontrar un equilibrio entre el cuidado y la autonomía es fundamental para criar niños resilientes y capaces de enfrentar los desafíos de la vida. Evitar convertirse en un “padre quitanieves” implica confiar en las capacidades de los hijos y permitirles aprender de sus propias experiencias.