La diabetes tipo 1, una enfermedad crónica que afecta a niños y adolescentes, sigue en aumento en el continente americano. Según la Organización Panamericana de la Salud, actualmente 62 millones de personas padecen esta condición, muchas de ellas en edades tempranas.
De acuerdo con la American Academy of Pediatrics, la diabetes tipo 1 ocurre cuando el páncreas deja de producir insulina, una hormona esencial para regular los niveles de azúcar en la sangre. Su diagnóstico suele darse entre los 5 y 6 años o entre los 11 y 13 años, lo que hace fundamental reconocer sus síntomas a tiempo.

Síntomas de la diabetes juvenil
- Aumento en la frecuencia de micción
- Sed excesiva
- Hambre extrema
- Pérdida de peso involuntaria
- Fatiga
- Aliento con olor a fruta
- Irritabilidad
Factores de riesgo
- Antecedentes familiares de diabetes
- Bajo peso al nacer
- Madre con diabetes gestacional
- Alimentación poco saludable
- Falta de actividad física
- Consumo frecuente de bebidas azucaradas
- Ablactación temprana y falta de lactancia materna
Tratamiento y control
Aunque la diabetes tipo 1 no tiene cura, existen estrategias efectivas para su control. Un monitoreo constante del azúcar en sangre, el uso de insulina, una alimentación balanceada y la práctica regular de actividad física son fundamentales para que niños y adolescentes con esta condición puedan desarrollarse plenamente.
Los especialistas enfatizan la importancia de la detección temprana y la educación sobre hábitos saludables para prevenir complicaciones a largo plazo.