Un reciente estudio ha revelado que los niños hispanos que buscan atención en las salas de emergencia son más propensos a no recibir un diagnóstico de migraña, lo que plantea serias preocupaciones en cuanto al tratamiento adecuado de esta afección. La investigación, realizada por la doctora Marissa Maliakal Anto de la Universidad de Pensilvania, señala que, sin un diagnóstico oportuno, el tratamiento necesario para aliviar y prevenir los episodios de migraña podría retrasarse, lo que afecta negativamente el bienestar de los menores.
El estudio se publicó el 5 de febrero en la revista Neurology y pone de manifiesto las disparidades raciales y étnicas en el diagnóstico y tratamiento de la migraña en las salas de urgencias pediátricas. La doctora Anto explicó que el dolor de cabeza es uno de los síntomas más frecuentes por los cuales los niños y adolescentes acuden a los departamentos de emergencia. Sin embargo, la investigación revela que estos pacientes, especialmente aquellos que pertenecen a comunidades hispanas, enfrentan barreras para recibir un diagnóstico adecuado de migraña.
En un análisis de más de 160,000 expedientes médicos de pacientes de entre 5 y 21 años de edad, atendidos en 49 hospitales pediátricos en Estados Unidos, se encontró que los niños hispanos tenían menos probabilidades de ser diagnosticados con migrañas en comparación con sus pares blancos. Aunque el 46% de los pacientes blancos recibieron un diagnóstico de migraña, solo el 28% de los pacientes hispanos recibieron esta misma clasificación.
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Las pruebas necesarias para confirmar la migraña también fueron menos frecuentes en los pacientes de estas minorías. Mientras que el 9% de los pacientes blancos recibió las pruebas correspondientes, solo el 4% de los pacientes hispanos tuvo acceso a estas evaluaciones diagnósticas.
Además de las diferencias en el diagnóstico y las pruebas, el tratamiento también presentó desigualdades. Los medicamentos intravenosos, que pueden ser más efectivos para aliviar el dolor intenso de una migraña, fueron menos comunes para los pacientes hispanos. Los estudios revelaron que estos pacientes tenían un 54% y un 37% más de probabilidades, respectivamente, de recibir solo pastillas en lugar de medicamentos intravenosos.
Otro hallazgo preocupante fue que los pacientes jóvenes hispanos que llegaban a la sala de emergencias con dolor de cabeza intenso tenían menos probabilidades de ser admitidos para recibir atención hospitalaria. En particular, los pacientes hispanos tenían un 35% y un 20% menos de probabilidades, respectivamente, de ser hospitalizados en comparación con los pacientes blancos que presentaban síntomas similares.
La doctora Anto destacó que estos hallazgos subrayan la necesidad urgente de realizar más investigaciones para comprender cómo las disparidades raciales y étnicas afectan el diagnóstico, las pruebas y el tratamiento de la migraña en los niños y adolescentes. También es necesario desarrollar intervenciones que puedan reducir estas desigualdades en el sistema de salud, asegurando que todos los niños reciban el tratamiento adecuado, independientemente de su raza o etnia.