Por Sharon Oropeza
El 14 de julio se llevó a cabo el XVII Medio Maratón de la Ciudad de México, un evento que transformó la capital en un vibrante escenario deportivo. Corredores de todas las edades y niveles se reunieron para disfrutar de una mañana dedicada al deporte, recorriendo una ruta que incluyó algunos de los lugares más icónicos de la ciudad.
El recorrido del maratón abarcó el majestuoso Paseo de la Reforma, el Bosque de Chapultepec y concluyó en el emblemático Ángel de la Independencia. Los participantes tuvieron la oportunidad de vivir una experiencia única, corriendo por algunas de las zonas más representativas de la Ciudad de México.
Desde las primeras horas del día, la ciudad se llenó de colores y alegría. Este año, el verde fue el color elegido para las playeras conmemorativas, creando un mar de tonos vibrantes que animaron a los corredores. A lo largo del recorrido, los aplausos y las porras de familiares, amigos y espectadores no dejaron de resonar, infundiendo energía y ánimo a cada paso.
Uno de los momentos más inspiradores del evento fue la participación de personas invidentes y en silla de ruedas, quienes demostraron que no existen barreras insuperables cuando hay determinación y espíritu de superación.
El XVII Medio Maratón de la Ciudad de México no solo fue una competencia deportiva, sino una verdadera celebración del deporte, la comunidad y la resiliencia. La ciudad se unió en un evento marcado por la unidad y la alegría, reafirmando una vez más el espíritu indomable de los capitalinos.