Aumento de pecho
Con más de 16.000 operaciones al año realizadas en España, se trata de la intervención por excelencia y que supone el 25% de todas las operaciones de cirugía estética que se realizan. No sólo nos ayuda a mejorar la forma o aumentar el tamaño de la mama, sino también a elevar una mama caída por el paso de los años, la maternidad, pérdida de volumen tras pérdidas de peso, etc.
Liposucción
Se trata de una operación para eliminar el exceso localizado de grasa en zonas como abdomen, caderas, muslos, espalda, etc. permitiendo así dar forma y remodelar el cuerpo. Se realizan más de 12.000 liposucciones al año, aproximadamente el 12% de las operaciones de cirugía estética. Las cicatrices de esta intervención son mínimas, ya que normalmente se introducen finas cánulas para eliminar el exceso
Blefaroplastia o cirugía de los párpados
Una de las operaciones más demandadas entre las mujeres. Gracias a este tipo de operación se logra un efecto de rejuvenecimiento del tercio superior de la cara, aportando una mirada más joven y mejorando el aspecto de cara triste o cansada. Se realiza eliminando el exceso de piel y grasa, tanto del párpado superior como del inferior.
Rinoplastia
Esta operación no tiene por qué ser únicamente estética, sino que puede ser necesaria para casos en los que el tabique no permita respirar correctamente ya sea por la propia estructura ósea o por una desviación de tejidos blandos (tras traumatismos, por ejemplo). La complejidad de la operación radica en que no sólo se debe tener en cuenta el factor estético a la hora de llevar a cabo la intervención, sino también la funcionalidad de la nariz y que permita respirar correctamente al paciente.
Otoplastia o cirugía de las orejas
Se trata de una operación muy común tanto para hombres como para mujeres. A diferencia del resto de intervenciones en las que se necesita el desarrollo completo de esa parte del cuerpo, la otoplastia puede realizarse desde los 6 años de edad. La finalidad de la operación es corregir la posición y/o forma de las orejas, plegándolas para conseguir una forma más armónica con respecto al conjunto de la cara. Así, estas no se encontrarán demasiado separadas ni darán lugar a las «orejas de soplillo».