Por Karla Liliana Robles Pedroza
En una histórica votación celebrada el pasado viernes, la FIFA ha seleccionado a Brasil como el país anfitrión del Mundial de Fútbol Femenino de 2027. La decisión fue tomada por la mayoría de los 211 miembros de la FIFA, consolidando así el compromiso del país sudamericano con el fútbol femenino y el desarrollo del deporte en la región.
Brasil, conocido mundialmente por su pasión por el fútbol, ofrecerá un escenario vibrante y lleno de energía para el torneo. La infraestructura del país, que ya ha albergado eventos de magnitud como la Copa del Mundo de la FIFA en 2014 y los Juegos Olímpicos en 2016, se encuentra preparada para recibir a las mejores selecciones femeninas del mundo.
La candidatura de Brasil se destacó por su plan de promover el fútbol femenino a nivel local e internacional, con inversiones en instalaciones deportivas y programas de desarrollo para jugadoras jóvenes. El impacto esperado del torneo va más allá de los estadios, con beneficios económicos y sociales para las comunidades locales y un impulso significativo al turismo.
Apoyo Unánime de la Comunidad Internacional
La elección de Brasil no fue una sorpresa para muchos, ya que el país ha mostrado consistentemente su capacidad para organizar eventos deportivos de alta calidad. Además, el creciente interés y apoyo al fútbol femenino en Brasil ha sido evidente en los últimos años, con un aumento significativo en la asistencia a partidos y la cobertura mediática.
El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, expresó su entusiasmo por la decisión: “Brasil tiene una rica historia en el fútbol y estamos emocionados de llevar el Mundial Femenino a un país con tanta pasión y dedicación. Estamos seguros de que será un torneo inolvidable.”