29 de Octubre: Día Mundial de la Prevención del Accidente Cerebrovascular
Por Vannia Carmona
Recientes estudios están aprovechando pruebas conductuales en roedores para comprender los efectos neurocognitivos de las hemorragias subaracnoideas, un tipo de accidente cerebrovascular severo que implica sangrado en el espacio entre el cerebro y su revestimiento. Aunque menos frecuentes que otros tipos de accidentes cerebrovasculares, las hemorragias subaracnoideas tienen una alta mortalidad y suelen provocar secuelas neurológicas significativas debido al aumento de la presión intracraneal y la reducción del flujo sanguíneo cerebral.
En el Instituto Neurológico del Hospital Houston Methodist, los investigadores han validado una serie de pruebas en roedores que simulan el daño y las deficiencias neurocognitivas observadas en humanos, particularmente en el hipocampo, una región esencial para el aprendizaje y la memoria. Estas pruebas incluyen evaluaciones de ansiedad, memoria espacial e interacción social para monitorear cómo la hemorragia afecta las capacidades cognitivas y comportamentales.
Los resultados, publicados en Translational Stroke Research, revelaron que los ratones sometidos a una hemorragia subaracnoidea experimental experimentaron problemas de memoria espacial, cambios en la interacción social y un aumento de comportamientos relacionados con la ansiedad.
Estas pruebas, que reproducen los efectos tardíos observados en pacientes humanos, representan un avance importante para evaluar el impacto de esta hemorragia en el cerebro y, en el futuro, podrían servir para probar tratamientos dirigidos a mitigar las secuelas neurocognitivas.