¿Aun se podrá caer mas bajo? Esperemos que la selección Mexicana no trate de averiguarlo. México fuera de Copa América

Por Marco Reyes

El fútbol mexicano, una vez considerado una potencia emergente en el ámbito internacional, se enfrenta a una crisis profunda. México, que solía jugar contra las probabilidades y superar sus límites, ahora lucha por evitar fracasos y minimizar los daños provocados por una gestión deficiente. En el pasado, los futbolistas mexicanos aspiraban a dar el gran salto y colarse entre las 10 mejores selecciones del mundo. Sin embargo, en la actualidad, la selección mexicana parece estar más preocupada por ganar por la mínima y evitar humillaciones. Esta mentalidad conservadora ha resultado en un equipo embarrado en el lodo, sin posibilidad de levantarse de un nocaut.

Los aficionados, especialmente los fieles seguidores en Estados Unidos, comienzan a abandonar al equipo. Este éxodo de apoyo se debe en gran medida a la falta de resultados convincentes y a la percepción de que los dirigentes del fútbol mexicano no están tomando las decisiones correctas para mejorar la situación. La selección mexicana está encallada, y la avería que sufre exige la intervención de un entrenador prolífico que pueda rescatar a una plantilla sin gol y sin seguridad con el balón.

La selección actual carece de una tripulación que haya tenido tiempo suficiente para madurar. Los jóvenes talentos no están recibiendo las oportunidades necesarias para desarrollarse y contribuir de manera significativa al equipo. Esta falta de experiencia y cohesión se evidenció en el reciente empate 0-0 contra Ecuador en la Copa América, un resultado insuficiente para avanzar a los cuartos de final.

Uno de los aspectos más preocupantes de la crisis del fútbol mexicano es la pérdida de identidad del equipo. En el pasado, México era conocido por su estilo de juego apasionado y ofensivo. Hoy en día, el equipo parece haber abandonado esa identidad, dependiendo cada vez más de tácticas defensivas y estrategias conservadoras. Esta falta de identidad clara ha afectado negativamente el rendimiento del equipo en competiciones internacionales.

Para salir de esta crisis, es necesario implementar varias estrategias:

Renovación de la Gestión: Se requiere una reestructuración en la dirección del fútbol mexicano, con dirigentes comprometidos con el desarrollo a largo plazo del deporte en el país.

Fomento del Talento Joven: Es crucial brindar más oportunidades a los jóvenes talentos y asegurarse de que tengan el tiempo y los recursos necesarios para madurar y contribuir al equipo.

Regreso a la Identidad: El equipo debe redescubrir su estilo de juego y comprometerse a una estrategia que refleje las fortalezas tradicionales del fútbol mexicano.

La crisis que enfrenta el fútbol mexicano es profunda y multifacética. Sin embargo, con una gestión adecuada, el fomento del talento joven y un regreso a la identidad perdida, es posible que la selección mexicana recupere su posición como una de las potencias emergentes en el ámbito internacional. La afición merece un equipo que no solo evite fracasos, sino que aspire a grandes logros y vuelva a inspirar pasión y orgullo en los corazones de sus seguidores.

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