El mundo de los videojuegos continúa siendo una de las industrias más populares a nivel global, especialmente con el auge de los títulos online que atraen a millones de jugadores. No obstante, esta popularidad ha conllevado un aumento alarmante de ciberamenazas, en particular los ataques de bots y de denegación de servicio distribuido (DDoS), que ponen en riesgo tanto la seguridad de los jugadores como la estabilidad de las plataformas.
Según un reciente informe de la empresa Akamai, las solicitudes de bots han experimentado un incremento del 391% entre el primer trimestre de 2023 y el mismo periodo en 2024, alcanzando una cifra récord de 147 mil millones de solicitudes en un solo mes. Estas amenazas no solo afectan el rendimiento de los servidores, sino que también exponen a los jugadores a posibles robos de datos y estafas.
Además, los ataques DDoS han mostrado un aumento del 94%, con América del Norte sufriendo más de 170 mil millones de estos ataques, seguida por Asia-Pacífico y Japón. Estas acciones buscan saturar los servidores de juegos online, comprometiendo la experiencia de los usuarios y el correcto funcionamiento de las plataformas.
Desarrolladores y jugadores deben tomar medidas preventivas para enfrentar este creciente desafío y asegurar un entorno de juego más seguro.