SALVANDO VIDAS

Por: Felipe Artemio Hernández Jiménez
Nadie inicia el día pensando que nuestro bebé se pueda atragantar, ¡pero puede suceder! El atragantamiento se define como la obstrucción del conducto respiratorio por un objeto sólido, ya sea alimento, dulces o juguetes.
Un bebé, con su constante instinto de explorar lo que lo rodea, puede tomar cualquier objeto que esté a su alcance y llevárselo a la boca para probarlo, lo que incrementa el riesgo si no hay un supervisor vigilándolo.
A diferencia de un niño mayor de un año o un adulto, la maniobra para desobstruir la vía aérea no es la maniobra de Heimlich. En niños mayores y adultos, esta técnica consiste en colocarse detrás de la víctima y realizar compresiones en el abdomen con el puño colocado ligeramente por encima de la cicatriz umbilical, con movimientos hacia dentro y hacia arriba las veces necesarias hasta que expulse el objeto. Si llegara a quedar inconsciente, se debe colocar en el piso en posición boca arriba para iniciar inmediatamente maniobras de RCP.
En un bebé, que abarca desde recién nacido hasta el año de edad, la maniobra para desobstruir la vía aérea es muy diferente.
Cuando un bebé no emite ningún ruido, manotea de forma angustiada y su piel empieza a tomar una coloración morada, son señales típicas de una obstrucción total. El bebé no puede respirar y se debe actuar rápido, pues solo se cuenta con un máximo de 50 segundos antes de que quede inconsciente.
Cargue al bebé y colóquelo sobre su antebrazo en posición boca abajo. Es recomendable que la cabeza del bebé quede más inclinada que el resto de su cuerpo. Se debe fijar firmemente su mentón con el dedo pulgar e índice para luego efectuar cinco palmadas en la espalda del bebé, entre los omóplatos. Estas palmadas deben ser firmes, con una intensidad gradual. Si el objeto no es expulsado, se deberá voltear al bebé boca arriba, colocándolo sobre su otro antebrazo. Ahora, fije su cabeza con la palma de su mano e inclínelo nuevamente para que la cabeza quede más abajo que el cuerpo del bebé. Esta posición ayudará a que el objeto salga más rápido.
Inmediatamente, se deberán realizar compresiones en su esternón utilizando dos dedos (pueden ser el índice y el medio, o el medio y el anular del auxiliador) para realizar cinco compresiones con una profundidad aproximada de 4 cm.
Si después de realizar los cinco golpes en la espalda y las cinco compresiones en el tórax sobre el esternón no se despeja la vía aérea, se deberán repetir las veces necesarias hasta que el bebé expulse el objeto o quede inconsciente.
Si el bebé queda inconsciente, se debe recostar boca arriba sobre una mesa, preferentemente. Revise cuidadosamente si el objeto es visible en la cavidad oral. Si es así, trate de extraerlo usando su dedo meñique. Si el objeto no se observa, no introduzca el dedo.
Trate de brindar una ventilación abarcando la boca y la nariz del bebé, sellando bien su boca, y sople moderadamente. Si el pecho del bebé no se mueve, es indicación de que la vía aérea sigue obstruida. Inmediatamente, brinde 30 compresiones torácicas similares a las que se aplican en la RCP, luego vuelva a observar la cavidad oral y repita la ventilación. Si aún no entra el aire, repita las compresiones.
Este procedimiento se debe realizar hasta que el bebé llore, expulse el objeto o lleguen los servicios de emergencia.
Saber primeros auxilios salva vidas.