El Pleno de la Cámara de Diputados aprobó con 352 votos a favor, 123 en contra y cero abstenciones, en lo general, la reforma energética del expresidente Andrés Manuel López Obrador que devuelve a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y Petróleos Mexicanos (Pemex) el carácter de empresas públicas del Estado.
Con ello, abandonan su visión de generar ganancias que les otorgó la reforma energética del expresidente Enrique Peña Nieto y se concentrarán en proveer el servicio energético a la nación.
El Pleno avaló la sexta reforma constitucional de López Obrador que también otorga a la CFE prevalencia en la prestación del servicio público de electricidad e internet, un cambio que la oposición advirtió que producirá una monopolización de ambos servicios.
La reforma constitucional, que López Obrador no concretó porque no tenía la mayoría calificada de dos terceras partes del Congreso, también establece que la CFE controlará el 54% de la generación eléctrica y el 46% será de privados.
Además, obligará al Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) a despachar primero la energía producida en las plantas de la CFE antes que la de los privados, aunque provenga de fuentes más limpias y eficientes.