Casarse es uno de los compromisos más importantes que una pareja puede asumir. No se trata solo de planear una boda perfecta, sino de construir una vida juntos, con visión, comunicación y empatía. Por eso, antes de entrar a la iglesia, juzgado o playa donde se darán el “sí”, es vital asegurarse de que ambos están caminando hacia el mismo horizonte.
1. Hablen de lo que verdaderamente importa:
Dinero, hijos, expectativas profesionales, roles familiares y creencias personales. Todos estos temas deben discutirse antes de casarse. Evitarlos por incomodidad puede generar problemas a futuro.
2. Construyan su propio concepto de matrimonio:
No todos los matrimonios son iguales. Algunas parejas dividen gastos al 50/50, otras reparten tareas según habilidades. Lo importante es que el modelo que adopten funcione para ustedes, no para los demás.
3. La boda no es el final, es el inicio:
Muchas parejas dedican más tiempo a planear la boda que al proyecto de vida en común. Una ceremonia puede durar unas horas, pero el matrimonio es un compromiso de todos los días. El foco debe estar en cómo se cuidarán y crecerán juntos a largo plazo.

4. Terapia prematrimonial o talleres de pareja:
No es un signo de crisis, es una muestra de madurez. Existen sesiones breves donde se abordan dinámicas, estilos de apego, formas de resolver conflictos y expectativas emocionales. Son una gran herramienta para comenzar el matrimonio más preparados.
5. Celebra el amor, pero no ignores las banderas rojas:
El amor no basta si hay desconfianza, falta de respeto o diferencias fundamentales. Casarse con la esperanza de que “todo se arreglará después” rara vez funciona. Sean honestos sobre lo que cada uno necesita y está dispuesto a ofrecer.
Casarse es hermoso, pero lo verdaderamente mágico es construir una relación que sobreviva a las rutinas, los cambios y los desafíos. Con compromiso, comunicación y cariño, el matrimonio puede convertirse en una aventura enriquecedora para ambos.