Por Fernanda Sánchez
“Another One Bites the Dust”, el cuarto sencillo del emblemático álbum The Game (1980) de Queen, marcó un punto de inflexión en la carrera de la banda británica. Producida por Reinhold Mack en Múnich, esta canción no solo redefinió el estilo de Queen, sino que también se convirtió en un fenómeno cultural inesperado.
Aunque la banda inicialmente no veía en la canción un sencillo fuerte, la intervención de Michael Jackson fue decisiva. El legendario Rey del Pop, con su agudo sentido para los éxitos, convenció a Freddie Mercury y al resto de Queen de lanzarla. Jackson elogió la canción diciendo: “Esta canción es fantástica… deberían lanzarla”. Su intuición fue certera, ya que “Another One Bites the Dust” se convirtió en el sencillo más exitoso de la banda, alcanzando el número uno en las listas de éxitos.
La influencia de la canción fue profunda y multifacética. Con una fuerte inspiración en el funk y la música disco, “Another One Bites the Dust” mostró a Queen bajo una nueva luz. Su ritmo irresistible y su estilo innovador llevaron a muchos en Estados Unidos a creer erróneamente que la banda era afroamericana. Este malentendido subraya el impacto y la sorpresa que generó la canción, desafiando las expectativas y rompiendo barreras musicales.
El bajista John Deacon, autor de la canción, se inspiró en el riff de bajo de “Good Times” de Chic. Como amigo cercano de Nile Rodgers y Bernard Edwards, Deacon adaptó ese icónico riff para crear un tema que fusionó magistralmente el funk con el rock. A pesar de las dudas iniciales sobre la canción, el resultado final fue un hito en la historia musical.
La letra de “Another One Bites the Dust” puede parecer sencilla, pero encierra un mensaje más profundo sobre la inevitabilidad de la muerte y la resiliencia frente a las adversidades. En un contexto en el que la epidemia del VIH/SIDA comenzaba a emerger, la canción adquirió un significado aún más resonante, convirtiéndose en un himno de perseverancia.
El éxito del sencillo no solo se atribuye a su pegajoso ritmo, sino también a los desafíos técnicos superados durante la grabación. La banda enfrentó problemas de distorsión en los altavoces debido a la potencia del bajo, y se realizaron ediciones en la letra para evitar la censura en las radios estadounidenses, reflejando la tensión entre la creatividad musical y las restricciones comerciales.
“Another One Bites the Dust” no solo consolidó el estatus de Queen en la industria, sino que también inspiró a generaciones de artistas. Su enfoque innovador del rock y el funk abrió nuevas puertas para la exploración de géneros y estilos. A más de cuatro décadas de su lanzamiento, la canción sigue siendo un clásico que resuena en la cultura musical global.
“Another One Bites the Dust” es un testimonio del impacto duradero que una canción puede tener en la historia de la música. Su capacidad para desafiar normas, cruzar fronteras y mantenerse relevante demuestra la magia y la influencia perdurable de Queen en la música contemporánea.