Por Dayana Mendizabal
Anne Hathaway, hija de Gerald Thomas Hathaway y Kathleen Ann “Kate” McCauley, creció en un entorno con fuertes valores cristianos y aspiraciones de ser monja durante su infancia. Su vida tomó un giro cuando, a los quince años, la revelación sobre la homosexualidad de su hermano Michael la llevó a cuestionar su relación con la Iglesia Católica, optando por una identidad cristiana no confesional.
Educada en Millburn, Nueva Jersey, Hathaway se graduó en la Millburn High School y luego se inscribió en la New York University’s Gallatin School of Individualized Study. Además de sus estudios académicos, exploró su talento en el baile y la música, actuando como primera soprano en el Carnegie Hall.
Su incursión en la pantalla comenzó con la serie “Asuntos de familia”, pero fue su participación en “Princesa por Sorpresa” en 2001 lo que la catapultó a la fama. Desde entonces, ha iluminado la pantalla con su presencia en películas que abarcan géneros y roles diversos, desde “Brokeback Mountain” hasta “El diablo viste de Prada” y “Los Miserables”, por la cual ganó numerosos premios.
Anne, comprometida con su arte, se ha aventurado en proyectos televisivos como “WeCrashed” y está asociada con futuras producciones como “Mothers’ Instinct” y “The Idea of You”. A lo largo de su carrera, ha sido reconocida con varios premios, incluido un Oscar por su actuación en “Los Miserables”.
Fuera del set, Hathaway ha experimentado en el amor y la familia. Tras una relación con Raffaello Follieri, encontró la estabilidad junto al actor Adam Shulman, con quien se casó en 2012. Juntos tienen dos hijos, Jonathan y Jack Shulman.
La versatilidad, el talento y la autenticidad de Anne Hathaway la han establecido como una figura destacada en la industria del entretenimiento, y su impacto trasciende las pantallas, resonando en su compromiso con la familia, la diversidad y la exploración constante de nuevos desafíos artísticos.
