Por: Jesús Solano Lira
Se acabo el amor fingido entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump y el multimillonario empresario Elon Musk, luego que el sudafricano calificó como “abominación repugnante” el proyecto de ley fiscal y presupuestario impulsado por Trump.
Como era de esperarse, y de todos es bien sabido que el magnate republicano es bien ardilla, resulta que en conferencia de prensa en el Despacho Oval, junto al canciller alemán, Friedrich Merz, Trump se dijo decepcionado de quien fuera su principal aliado rumbo a la presidencia.
“Elon y yo teníamos una gran relación. No sé si seguirá así. Me sorprendió. (…) Estoy muy decepcionado porque Elon sabía los pormenores del proyecto de ley mejor que nadie”, ay ternurita, que alguien le pase un pañuelo a Trump.
Era tan buena su relación, que Trump le creó y lo puso al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), cuyo objetivo es reducir el gasto federal y racionalizar las operaciones gubernamentales, y se tiene prevista su desaparición en mayo de 2026.
Desde esa posición, Musk rebasó por la derecha y se brinco las trancas de ordenamientos legislativos y judiciales, además de que sus acciones y liderazgo fueron un dolor de cabeza para varios funcionarios de primer nivel de la administración de Trump, lo que generó divisiones y agitación política.
Es más, cuando Musk dejo el cargo el pasado 30 de mayo, todo fue miel sobre hojuelas, tanto que en la conferencia de despedida casi, casi se declararon su amor, y el empresario aseguró que seguiría visitando al presidente, lo asesoraría y seguirían como amigos. Y como diría la canción de José José “hasta el amor se acaba” y si es fingido pues más rápido.
Ante las críticas de Musk, el presidente Donald Trump, paso de la decepción a las amenazas, al advertir que. “La manera más fácil de ahorrar miles de millones de dólares en nuestro presupuesto es cancelar los subsidios y contratos gubernamentales de Elon”, quiúboles, así de pesado se llevan.
Y como allá no aplica la política del No Pasa Nada, las declaraciones del mandatario estadounidense hicieron caer las acciones de Tesla, fabricante de vehículos eléctricos, propiedad de Musk, hasta con pérdidas cercanas a los 150 mil millones de dólares, uffffff y recontra uffff.
La respuesta de Musk a las afirmaciones de Trump no se hicieron esperar, y lo acusó de “ingratitud” y le recordó: “Sin mí, Trump habría perdido las elecciones, los demócratas controlarían la Cámara de Representantes y los republicanos estarían 51-49 en el Senado”, tenga para que se entretenga diría un “ilustre y destacado” tabasqueño, que gustaba mucho de la traición y el abuso de poder.
Y así como no queriendo, cabe destacar que Elon Musk donó a la campaña de Donald Trump y los republicanos 300 millones de dólares, además que su popularidad e influencia en X (antes Twitter), también propiedad del sudafricano, ayudaron una enormidad a ampliar el mensaje del republicano.
Sin duda, esta confrontación entre ambos personajes deja muy mal parada, la de por sí deteriorada imagen del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha emprendido una drástica y peligrosa política de guerra comercial y discriminación racial con sus medidas anti-inmigrantes y el cierre de sus fronteras.
En tanto, para el hombre más rico del mundo, seguirán las pérdidas de sus empresas, y lo que es claro, es que no dejará de cuestionar los planes económicos de su ex aliado Donald Trump, y su influencia en las venditas redes sociales, será un dolor de cabeza para el mandatario estadounidense.
