
El equipo Alpine ha admitido su responsabilidad en la creciente presión mediática que rodea a Jack Doohan. Oliver Oakes, jefe de la escudería, reconoció que la incertidumbre sobre el futuro del piloto australiano ha sido en gran parte consecuencia de la gestión interna y de los constantes rumores sobre su continuidad.
La llegada de Franco Colapinto como piloto reserva ha generado especulaciones sobre el tiempo limitado que Doohan tendría para demostrar su valía antes de que Alpine explore otras opciones. Además, la escudería cuenta con una alineación de pilotos de reserva que incluye a Paul Aron, Ryō Hirakawa y Kush Maini, lo que aumenta la competencia dentro del equipo.
Oakes señaló que, aunque la estrategia de Alpine responde a las necesidades del equipo y de sus más de 900 empleados, reconoce que no han colocado a Doohan en una situación ideal. A esto se suma su complicado inicio de temporada en el Gran Premio de Australia, donde un accidente en la primera vuelta intensificó aún más la presión sobre él, pese a haber tenido un fin de semana sólido hasta ese momento.
El jefe de Alpine enfatizó que la capacidad de manejar la presión es clave para cualquier piloto que aspire a estar en la Fórmula 1. Además, destacó que el entusiasmo de la afición argentina por Colapinto ha amplificado la atención mediática sobre Doohan.
Según Oakes, la falta de noticias relevantes en la pretemporada también ha contribuido a que este tema reciba más cobertura de la habitual. Sin embargo, dejó claro que el rendimiento es lo único que importa en la F1: “Si eres bueno y puedes manejar la presión, te mereces estar en la parrilla. Al final, solo hay 20 pilotos y todos deben rendir sin importar las circunstancias”.
Con la temporada en marcha, Alpine confía en que la situación de Doohan se estabilice en las próximas carreras, permitiéndole demostrar su talento sin las distracciones externas que lo han rodeado hasta ahora.