Por Vannia Carmona
La irrupción de drogas sintéticas como el fentanilo ha desatado la crisis de estupefacientes más grave y mortal en la historia de Estados Unidos, según la Evaluación Nacional de la Amenaza de las Drogas 2024 de la DEA.
A esta problemática se suma ahora la aparición de los nitacenos, un grupo de opioides sintéticos cuya potencia puede superar entre 25 y 50 veces la del fentanilo y alcanzar hasta 4,300 veces la de la morfina en sus variantes más fuertes, según expertos.
Identificados por primera vez en 2019, los nitacenos ya han provocado un aumento alarmante de sobredosis en América, Europa Occidental y Oceanía. Estas sustancias, que se presentan como polvos, píldoras, aerosoles o mezcladas con otros estupefacientes, tienen un origen que se remonta a la década de 1950, cuando fueron sintetizadas en Suiza como analgésicos experimentales, aunque nunca obtuvieron aprobación para uso médico.
En Estados Unidos, su presencia se detectó inicialmente en el Medio Oeste y, desde entonces, han sido vinculados a muertes por sobredosis en varios estados, especialmente Tennessee, donde los casos letales pasaron de cero en 2019 a 41 en 2021.
La DEA y los CDC han registrado miles de incautaciones y rastros en aguas residuales. En Europa, los nitacenos han sido comercializados como heroína sintética o detectados en medicamentos falsificados, causando un aumento de muertes en países como Estonia y Letonia. En Australia, las autoridades consideran que representan una amenaza mayor que el fentanilo, ya que cantidades mínimas pueden resultar letales.
A pesar de su impacto creciente, el conocimiento sobre los nitacenos sigue siendo limitado, lo que complica los esfuerzos de prevención y control.
Diversos organismos internacionales han instado a intensificar las campañas de salud pública para informar sobre los riesgos de esta droga emergente, que está ganando terreno en el mercado ilegal global.
