Por Samantha Guerrero
En un hecho que ha causado controversia y tensión en Santo Tomás de los Plátanos, Estado de México, Pedro Luis Hernández de Paz, alcalde electo por el PRD, logró escapar nuevamente de las autoridades durante un acto alterno para su toma de protesta. El evento, que fue apenas presenciado por 50 personas, terminó en un zafarrancho en el que el político fue auxiliado por un grupo de hombres con gorras que forcejearon para sacarlo del lugar.
Ambiente tenso por operativo federal y estatal
Mediante diversos videos y fotografías difundidos en redes sociales, se documentó el momento en que Hernández de Paz, vestido con una playera amarilla y pantalón negro, acudió a un lugar improvisado para llevar a cabo la ceremonia. Sin embargo, ante la presencia de las autoridades de procuración de justicia y un fuerte operativo federal y estatal, el edil electo desistió del acto para evitar ser detenido.
Testigos relatan que el político fue sacado rápidamente por un grupo de hombres, quienes lo alentaron a huir, generando sorpresa y desconcierto entre la población presente.
Vínculos familiares y antecedentes polémicos
Cabe destacar que Pedro Luis Hernández de Paz es esposo de la actual alcaldesa de Santo Tomás de los Plátanos, María del Rosario Matías Esquivel. Ambos son señalados como parte de una estructura municipal investigada dentro de la llamada “Operación Enjambre”, la cual, hasta la fecha, ha resultado en la detención de 27 funcionarios por presuntos vínculos con la delincuencia organizada.
El pasado 22 de noviembre, Hernández de Paz y su esposa huyeron por primera vez, evidenciando una situación de alta tensión y posible impunidad en la demarcación sureña.
Reacciones oficiales: incertidumbre en el municipio
El presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), José Francisco Vázquez Rodríguez, informó que Santo Tomás de los Plátanos es el único municipio donde no se ha logrado concretar la toma de protesta del alcalde electo. Ante esta situación, señaló que esperarán hasta el 1 de enero para tomar una determinación definitiva.
Mientras tanto, la ciudadanía permanece en alerta, ante el clima de incertidumbre y la evidente crisis de gobernabilidad que atraviesa el municipio.